MIRAMAR : LO QUE ESTÁ BIEN, ESTÁ BIEN.
Lo ocurrido el fin de semana largo fue una muestra de lo que el Estado municipal junto con la actividad privada pueden hacer. Seguramente habrá quien critique o prefiera destacar que hubo “mucho de todo y después otro fin de semana no saben qué hacer”. Es lógico, siempre habrá quien encuentre el lado oscuro de las cosas y está bien que así sea, todo sirve para mejorar, si es lo que esa crítica pretende.
No es habitual en esta columna y menos en quien la escribe ponderar las actividades del gobierno de turno, ya sea nacional, provincial o municipal, habida cuenta que la premisa es “hacen lo que deben hacer: su trabajo; el mismo para cual fueron electos o designados”. Nada para destacar entonces”.
Es más quien redacta, no se cansa de afirmar que: es llamativo ver como ministros intendentes o gobernadores, se sacan selfies para luego postear “acá limpiando la plaza” o “inaugurando un puente “ o arreglando una calle para que los vecinos circulen mejor”, cuando a todas luces esa es su labor. Nadie se imagina a un cirujano sacándose una foto en el quirófano diciendo “acá operando a este hombre del corazón así no se muere”, o a un chofer de micro sonriente al volante señalando “acá por la ruta 9 sin chocar a nadie”.
Pero en este caso, la verdad sea dicha, el trabajo realizado merece una mención. Las actividades previstas fueron para todos los gustos. Desde espectáculos, hasta deporte, pasando por recitales y arte. El esfuerzo de todos los involucrados se notó.
Cada uno a su medida, pudo -sin lugar a dudas- obtener buenos resultados este fin de semana. Fácil fue ver mucha gente en los comercios de la ciudad, desde los que venden alfajores como los premiados de Mamá Norma –son una exquisitez- hasta las clásicas cervecerías del centro o los locales de juegos infantiles.
Es verdad que se cae de maduro que si no se registra movimiento comercial un fin de semana extra largo previo a la temporada estival, más de uno se preguntará “cuándo lo habrá?”, pero también es cierto que el mismo “finde” podía haber pasado sin pena ni gloria, solo con algún conjunto musical tocando en una esquina como para amenizar la tarde y nada más. Sin embargo todo se hizo con buena onda.
Así las cosas es de esperar que la experiencia se repita con la misma intensidad y organización de caras al próximo fin de semana largo y más aún con miras a la temporada estival donde se pone en juego incluso la “caja anual“ de muchos habitantes de la ciudad.
D.R