FUERTE AUMENTO EN LA PRODUCCIÓN PORCINA

La provincia de Buenos Aires faenó un poco más de la mitad de los animales (51%) en el período enero-mayo de 2024, le siguió Santa Fe con el 18% y Córdoba con el 16% del total de cabezas.

FUERTE AUMENTO EN LA PRODUCCIÓN PORCINA
La producción de cerdos logró un nuevo récord.

 

En el primer cuatrimestre de este año, en Argentina se faenaron 2,6 millones de cabezas de porcinos, alcanzando una producción cercana a las 242.000 toneladas de carne; esto se ubica casi un 2% por encima del mismo período de 2022 y marca un máximo histórico para el primer cuatrimestre.
La provincia de Buenos Aires faenó un poco más de la mitad de los animales (51%) en el período enero-mayo de 2024, le siguió Santa Fe con el 18% y Córdoba con el 16% del total de cabezas.
A nivel de distribución de la faena por establecimiento, si  se analiza la concentración a través del índice C4 (que mide la participación de las primeras 4 empresas), se observa que los principales establecimientos explican el 27,8% de la faena; en la misma línea, el índice Herfindahl Hirschman (que es la suma al cuadrado de las participaciones de las 10 principales empresas) arroja 305,5, lejos de los guarismos que son asociados con concentración de mercado.
De esta forma, se puede concluir que el sector frigorífico se encuentra atomizado, aunque con jugadores de gran relevancia.
Alimentaria La Pompeya, emplazada en la localidad bonaerense de Marcos Paz, lidera el ranking de faena, habiéndose acercado a 450.000 de cabezas faenadas en los primeros 5 meses de 2023, con un 13,4% de participación de mercado.
La empresa Paladini, por su parte, faenó 180.500 cabezas en dicho período, detentando el segundo lugar, con casi un 6% del total. La Cooperativa de Exempleados del Frigorífico Maguillón se ubicó en tercer lugar en el período considerado, con un total de 173.000 cerdos faenados.

Dieta

El consumo de carne de cerdo se incorpora cada vez más a la dieta de los argentinos, reemplazando en muchos casos el tradicional consumo de carne bovina. Mientras que en 2014 el consumo per cápita era de 10,66 kg por año, en 2023 el mismo se ubicó en 16,71 kg, lo que significa un aumento del 56,8%. Este guarismo representa una adición de poco más de 6 kilogramos de carne de cerdo anuales por cada uno de sus habitantes en tan sólo 10 años.
El aumento productivo no alcanza para satisfacer la creciente demanda interna, por lo que Argentina debió importar entre 30 y 40 mil toneladas anuales en el último lustro para satisfacer sus necesidades de consumo. Sin embargo, el gap entre el consumo y la producción se va achicando cada vez más, y con esto se abre una veta para el desarrollo del sector exportador. A principios de los 2000, la producción interna alcanzaba a cubrir apenas un 75% de lo que se consumía a nivel local, mientras que en los últimos cinco años este porcentaje alcanza ya el 95% en promedio.

Exportación

Con una producción que se acerca a garantizar plenamente el autoconsumo, tímidamente Argentina comienza a mirar a los mercados de exportación. Con excepción del año pasado, las exportaciones venían mostrando un incremento lento pero firme, alcanzando un récord en volumen y en valor en el año 2020, cuando las mismas llegaron a los U$S 70 millones de dólares y se llegaron a exportar 41.300 toneladas al exterior. Es importante destacar que este fue el único año en el que Argentina no debió incurrir en un déficit en el balance de importaciones y exportaciones del complejo porcino. El 2020 estuvo marcado por una importante demanda por parte de China, inmerso en la epidemia de fiebre porcina africana, que afectó su rodeo porcino.
El año 2022 fue paupérrimo en términos de exportaciones, que retrocedieron a su menor volumen desde 2015. Este año Argentina debió recurrir principalmente a Brasil para atender sus consumos, cerrando con un déficit comercial de US$ 100 millones. El año 2023, si bien registró un incremento en las exportaciones respecto del 2022, se situaron muy lejos de los números alcanzados en 2020 y no alcanzaron a contrarrestar el efecto de las importaciones en la balanza comercial. Esta última arrojó un saldo deficitario de casi U$S 43 millones. Esta tendencia parece mantenerse en los primeros cuatro meses del año actual.
En 2024, a contramano del nivel general de precios medidos por el IPC, el precio de referencia para los capones, calculado bajo el cálculo de ROSPORC, consolidó una tendencia bajista: mientras que en la primera semana se registró un precio de 1239,9/kg, en la semana 25 (del 17 al 23 de junio) fue de $1019,9/kg, lo que bajó un 21% de su precio en términos nominales.
El precio de la carne bovina es un indicador muy seguido por el sector porcino, dado que fija un techo teórico de venta para su producto que, si bien puede llegar a traspasarse en un momento dado, terminará oficiando como una dura resistencia para subas ulteriores. Luego de un final de 2023 en el que el precio del capón representaba el 78% del precio del novillo, esta relación sintió una corrección en el primer mes de 2024 en favor de los capones, pero desde entonces presenta un retroceso constante.
La fuerte suba en el precio del capón en enero (+44%) elevó significativamente el índice capón/novillo en dicho mes, ya que los bovinos sólo aumentaron un 1%. Sin embargo, en el período enero-junio el precio del novillo vivo aumentó un 28%, al mismo tiempo que el capón retrocedió un 18%. De este modo, el indicador Capón / Novillo alcanzó un valor de 0,57 en la semana 25, ubicándose en su valor más bajo en cuatro años.