CUANDO LA POLÍTICA PUEDE MÁS QUE LA RAZÓN

CUANDO LA POLÍTICA PUEDE MÁS QUE LA RAZÓN
Javier Millaruel, presidente y vice de Argentina. ictoria V

Cuando uno escucha a reconocidos miembros de la oposición kirchnerista, a dirigentes de organizaciones sociales que por estos momentos son investigados por  acciones pocos claras en el manejo de fondos o a “periodistas militantes”(sic);  comparar al desfile militar del 9 de Julio, con lo que sucedía en los peores años de la historia reciente del país,  lo menos que puede sentir es vergüenza ajena.
Escuchar al senador Oscar Parrilli (UxP)  indicar que este despliegue de fuerzas le recuerda a la dictadura militar o leer los comentarios de Juan Grabois,  intentando quedar como ingenioso mientras prefiere mantener el  status quo de los “trabajadores de la economía popular” -forma  que inventaron para designar a millones de personas que viven en la pobreza y no cuentan con un trabajo estable que les permite satisfacer su necesidades mínimas, todo esto de la mano de políticas llevadas a cabo por los diferentes partidos políticos de los últimos 40 años, los cuales fueron mutando de nombre pero no de accionar, caso contrario no se entiende cómo es posible que a pesar del “Estado presente” y la “preocupación por los que menos tiene  los niveles de indigencia y pobreza crezcan  a pasos agigantados- es asistir a la muerte de la era de la razón.
 Ver  a una periodista caída en desgracia tras el cambio de gobierno y la suspensión de la pauta oficial nacional señalar que “el desfile al mando de Milei y Villarruel  le resulta “una amenaza al pueblo argentino” o peor aún escuchar a una ignota panelista decir que “quizá el espíritu de Videla sobrevoló el desfile”, solo sirve para dar por cierto el dicho que afirma que “la inteligencia humana tiene límites,  pero la estupidez es ilimitada”.
Ahora bien, tienen estas personas y muchas más derecho  a manifestar su disgusto por la realización de un desfile militar tal como ocurrió en el país durante buena parte de su historia?. Claro que si!!  So pena de volverse quien  niegue ese derecho más retrogrado que aquellos que critican el acto.
Lo que no se debe dejar pasar es el uso de un desfile militar el día que se conmemora una fecha patria, como ocurre en buena parte de los países civilizados del mundo, como excusa para faltarle el respeto a las víctimas y familiares de los oscuros años a los cuales hacen referencia.
Nadie en su sano juicio puede comparar el desfile militar de ayer con el accionar de Videla, Massera o  Agosti, salvo que detrás de esas comparaciones se escondan espurios intereses políticos partidarios a los cuales  muchos integrantes de la clase política nos tienen acostumbrados.
Otro punto que llama la atención es que quienes critican el desfile y todo lo referido a la cuestión militar –cuya accionar no es intención de quien suscribe defender ni ensalsar- son los mismos que cantan loas al fundador del partido al cual pertenecen que paradójicamente fue un militar: el General Juan Domingo Perón.
Ante esta situación muchos dirán que “no hay punto de comparación entre el viejo General  y los genocidas de los años 70”, cosa que es tan cierta como que tampoco la hay entre las actuales camadas de integrantes de las fuerzas armadas y aquellas que hace más de 40 años sumieron al país en uno de sus peores momentos.
Todo hay que decirlo.
Lo de ayer fue un acto que no solo devolvió al país  un aspecto de su tradición, sino también una suerte de caricia que el gobierno necesitaba dar a buena parte de la población que lo apoya y que en muchos casos también estaba cansada de actos patrios donde la figura central fuera un cantante  de cumbia villera o un grupo musical de escaza trayectoria, más allá de los gustos musicales de cada uno.
Quizá, quienes se acercaron ayer a ver el paso de las tropas, en caso de ser personas entradas en años, lo hicieron para recordar momentos de emoción vividos antaño cuando de chicos concurrían con sus padres a dichos desfiles .
Quizá, en el caso de los más jóvenes, fue para ver de qué se trataba algo que desconocían o habían olvidado habida cuenta de las decisiones de algunos políticos que a pesar de su rotundo fracaso  durante su paso por la Casa Rosada se autoperciben  como estadistas, aún cuando ni lo miembros de su propio partido político lo reconocen como tal.
Quizá, también hubo quien se acercó para aclamar al presidente Milei  a su pasó y quizá otros fueron porque no tenían nada mejor que hacer y no le temen al frio.
Lo que con toda seguridad difícilmente ocurrió fue que las miles de personas que se acercaron ayer a ver el desfile militar se vieran "amenazadas" o  lo hicieran con la intención de  “sentir la presencia de Videla” en el lugar.

D.R