EL 52,7% DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ES POBRE EN LA ARGENTINA

La distribución de los ingresos muestra que los hogares más humildes tienden a estar compuestos por más niños y jóvenes que los de mayores recursos.

EL 52,7% DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ES POBRE EN LA ARGENTINA
pobreza infantil: un tema recurrente en el país.

Si bien los datos de pobreza que difundió el Indec dan cuenta de una reducción de la pobreza durante el  segundo semestre del año pasado , también indican que  el 52,7% de los niños y adolescentes se encontraban en situación de pobreza monetaria, o sea, la que se mide con los ingresos de los hogares.
La pobreza infantil se viene manteniendo sistemáticamente  desde hace años por encima del promedio general, lo que pone en evidencia que la infancia enfrenta condiciones estructurales de vulnerabilidad que no se corrigen con el tiempo, señala el Instituto de Desarrollo Económico y Social Argentino (IDESA), que dirige el economista Jorge Colina. Desde donde se afirma además que “las carencias que enfrentan los hogares a los que pertenecen los chicos y jóvenes sumergidos van más allá del dinero”.
A esto se suma que según un estudio “en la cuarta parte de los hogares ninguno cuenta con algún integrante que haya completado la enseñanza obligatoria, lo cual limita seriamente sus posibilidades de acceder a empleos de calidad”.
La tasa de desocupación de los jóvenes es del  14 y 29 años fue de 13,1%, mientras que para los adultos entre 30 y 64 años baja al 4,5%. Es decir,  los jóvenes enfrentan un desempleo que triplica el de los adultos, y la magnitud de esta diferencia se mantiene a lo largo del tiempo.
A esto se suma que durante  el tercer trimestre de 2024, el 45,1% de los jóvenes ocupados son asalariados informales, mientras que en los adultos ese porcentaje se reduce a 22,2%. Si además se consideran a los no profesionales que trabajan como cuentapropistas  (no asalariados), el porcentaje de jóvenes que trabaja en la informalidad asciende al 62,4%, contra un 40,4% de los adultos ocupados.
En términos de infraestructura básica, la mitad de los hogares con niños pobres no accede a gas por red, y el 14% carece de conexión a agua corriente.
Más del 42% de estos hogares declara depender de ayudas sociales como parte de sus ingresos mensuales, lo cual revela un nivel alto de vulnerabilidad y dependencia del Estado para subsistir, cosa que no mejoró a pesar de la mentada “década ganada”,  ni del “Estado presente” el que al parecer solo pone parches pero no soluciona problemas de fondo.
En cuanto a la salud el 55,8% de la población en estudio no cuenta con obra social, mutual ni prepaga por lo que dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica.
En tanto, el 39,5% no vive en un hábitat digno con los servicios básicos como agua potable, cloacas o descarga en el inodoro.
Así las cosas los especialistas afirman que si “Combinamos  pobreza de ingresos, falta de acceso a servicios básicos, precariedad laboral y bajo nivel educativo configura un escenario de vulnerabilidad multidimensional, que condiciona las oportunidades de desarrollo de millones de niños “.

Info: N.A – redacción