FRANCISCO Y EL DÉFICIT CERO

FRANCISCO Y EL DÉFICIT CERO
El papa Francisco busca el déficit cero en el vaticano.

 Cuando se escucha al papa Francisco preocuparse por la situación económica-social de la Argentina y criticar con cierta ironía al gobierno de Javier Milei, uno no puede menos que asombrarse, más aún cuando el santo padre hace referencia por caso a la Conquista del Desierto de la mano del general Julio Argentino Roca, o al ajuste del Estado en busca del déficit cero.
Ante la relevancia que tiene Francisco en el mundo entero y en especial en argentina,  muchos se preocuparon por el olvido  –seguramente ocasional del papa- quien se refirió a las acciones del General Roca, pero no mencionó por caso la participación de la Iglesia en la inquisición, aquel  Tribunal creado por la Iglesia Católica Apostólica Romana dedicado a la persecución sistemática y al castigo de los llamados herejes y disidentes religiosos. A partir de 1542, a expensas del Papa Paulo III, también se lo dio en llamar Santo Oficio, acción por la cual no solo se cortaban cabezas sino que también sin mayores argumentos  se  envió a cientos de personas a la hoguera. Esto sin mencionar siquiera a la denominada Inquisición Española que de la mano de la Iglesia en época de la conquista bendijo el exterminio de miles de habitantes del suelo americano.
Tan es así que el propio gobierno de México en documento oficial explica que “En la época de la Nueva España, la Iglesia católica tenía gran poder y todo aquello que fuera en su contra era castigado”. (…) El proceso de la Conquista significó una ruptura para las culturas originarias de México, las cuales vieron interrumpido su proceso evolutivo y cultural, no solo a través de las armas y el despojo de tierras, sino también con el posterior sometimiento que vivieron por cerca de 300 años mediante las instituciones que se establecieron durante el Virreinato, como la Inquisición, una de las principales opresoras de ideas, conocimientos y pensamientos de la población”.
Todo esto sin mencionar los cuestionamientos que aún se hacen a la Iglesia vinculados a los años más oscuros de la historia reciente de la Argentina.
Sin embargo, la mayor preocupación es que las afirmaciones realizadas por Francisco no surjan de datos reales o documentos oficiales recabados por la Iglesia con rigor, sino de lo que “le cuentan”, quienes se acercan al Santo Padre, muchos de los cuales años atrás lo criticaban cuando lejos estaba de ser el sumo Pontífice era monseñor Bergoglio.

Ajuste Papal

Otro punto a destacar es la preocupación de Francisco por la administración de los recursos del Estado que hace el gobierno de MIlei, quien según afirman está decidió organizar las cuentas públicas para llegar eliminar así el déficit fiscal cero.
En este caso parece que una vez más el sumo Pontífice olvidó  -quizá abrumado por la gran cantidad de cuestiones que debe atender- sus propias palabras respecto a la administración eficiente del Estado.
Sucede que en una carta publicada hace no más de una semana por el Vaticano, el papa explica que en estos años se ha podido tener “una mayor conciencia” de que los recursos económicos al servicio de la Iglesia “son limitados y deben gestionarse con rigor y seriedad para que no se desperdicien los esfuerzos de quienes han contribuido al patrimonio de la Santa Sede”.  “Por estas razones, ahora es necesario un mayor esfuerzo por parte de todos para que el ‘déficit cero’ no sea sólo un objetivo teórico, sino una meta realmente alcanzable”, escribe Francisco.
Es que según el balance de las cuentas de 2023, que adelantó el diario ‘la Repubblica’, el déficit operativo del Vaticano fue de 83 millones de euros, cinco millones más que el año anterior y podría aumentar en los próximos años.
Además del patrimonio inmobiliario y los Museos Vaticanos, los únicos ingresos de la Santa Sede -que no tiene impuestos ni política monetaria – son las donaciones: las que envían cada año a Roma las Iglesias más ricas (Estados Unidos, Italia, Alemania, España y Corea del Sur) y las que ofrecen al papa los fieles de todo el mundo a través del llamado Óbolo de San Pedro.
En 2023, la entrada en las arcas del Óbolo de San Pedro ascendió a 48,4 millones de euros (43,5 en 2022) pero, junto con las reservas, 90 millones se destinaron para los gastos de la Curia, los diferentes organismos que componen el Gobierno de la Iglesia católica.
El papa, en su misiva, llama a “la necesidad de que cada Institución trabaje en la búsqueda de recursos externos para su misión”, poniéndose como ejemplo de transparencia, cosa que en principio no sucedería con muchos de los visitantes argentinos que el sumo pontífice recibió en los últimos días, sobre los cuales pesan algunas causas judiciales por sospechas de mala administración de los dineros entregados por el Estado nacional, por caso el conocido caso FISU, que maneja el muy allegado Juan Grabois. Todo esto sin mencionar a los líderes millonarios que conducen sindicatos de obreros pobres.
“En términos de reducción de costes, debemos dar un ejemplo concreto para que nuestro servicio se realice con espíritu de esencialidad, evitando lo superfluo”,
aconseja al papa a los cardenales, mientras muchos dirigentes que hacen cola para ser recibido en la Santa sede y fotografiarse o recibir la indulgencia plenaria, mientras tratan de no ponerse colorados al leer la misiva papal.
“En conclusión, les pido que acojan este mensaje con valentía y espíritu de servicio y que apoyen‑ las reformas en curso- con convicción, lealtad (…) contribuyendo proactivamente (…) al proceso de reforma”, afirma el papa.
Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

D.R