Alberto busca el 2x1; pero no consigue ninguno
El presidente no logra congraciarse con el Kirchnerismo, ni conseguir los votos para un nuevo impuesto.
Con la intención de engrosar las arcas oficiales a como de lugar y de paso congraciarse con el kirchnerismo Alberto Fernandez presentó el impuesto a la renta inesperada, aún a sabiendas que difícilmente la medida cuente con los votos necesarios para ser aprobada, más alla que tenga cierto aval del Fondo Monetario Internacional y -aún más importante para el gobierno- está en línea con la mirada que prima en el cristinismo respecto a la gestión de la crisis económica.
De aprobarse en diputados, cosa que hasta el propio Sergio Massa puso en dudas, el impuesto alcanzaría a aquellas empresas que en el último año hayan registrado ganancias netas imponibles mayores a los $1.000 millones.
De esta forma solo un 3,2% de total de empresas se vería alcanzada por dicha norma ya que las pequeñas y medianas empresas quedarán totalmente fuera de esta norma. Se busca gravar aquellas ganancias que no responden a un incremento de la inversión productiva, sino al efecto del shock internacional de precios que provocó la guerra en Ucrania, afirman desde el gobierno.
Lo que se recaude con este impuesto sería desitinado a financiar el bono extraordinario de $18.000 que el gobierno otorgó a trabajadores informales y jubilados con una cuota en mayo y otra en junio, si es que luego no cambia de decisión, habida cuenta que aún el proyecto del impuesto no cuenta si quiera con una base sustentable de votos a favor por lo que cuando se apruebe y se ponga en marcha, el bono ya debería haber sido ejecutado. A esto se suma la catarata de presentaciones judiciales que se anticipan recaerán sobre dicha iniciativa por considerarla una doble imposición.
Una vez más como con la anunciada guerra a la inflación, el gobierno gasta demasiadas en energías enanunciar medidas de dudosa implementación o lo que es peor destinadas al fracaso.