EL FIN DE LA ERA DE LA RAZÓN
Cuando uno ve al reconocido publicista, Pepe “El pochoclero” Albistur, decir sin mencionar al gobierno, -porque Pepe es pochoclero pero tonto- que no sabe “si caen a marzo o abril” desde uno de los balnearios más exclusivos de la provincia de Buenos Aires, cuando uno escucha a Héctor Daer -uno de los principales dirigentes de la CGT – manifestar que aquellos diputados de la oposición que acompañen la ley ómnibus “no van a poder caminar por la calle”, cuando uno se entera que el reconocido cineasta Adolfo Aristarain dijo que tras el paro de mañana organizado a las corridas por la CGT , “hay que quedarse en la calle hasta que caiga el gobierno”, cuando se recuerda que el politólogo Atilio Borón, prometió quemar su biblioteca si Javier Milei, ganaba las elecciones –cosa que afortunadamente el intelectual no hizo ya que por un lado sea cual sea la ideología no se puede andar prendiendo fuego bibliotecas cual régimen fascista y por otro sabido es que en general este tipo de afirmaciones son pour la galerie -, cuando uno lee que la diputada Gisela Marziota (UxP) dice que “no ganó Milei, perdimos nosotros”, o escucha al gobernador de La Rioja decir que si gana MIlei renuncia - pero a más de dos meses de ocurrido esto sigo aferrado al cargo y a los privilegios que eso conlleva- no se puede menos que pensar en el bajo nivel de tolerancia que tienen algunos actores de la vida nacional a las reglas de la democracia.
De esta forma semejante catarata de afirmaciones se vuelve tan mediocre como una comedia que no da risa o un drama que no emociona.
Doble vara
Llama la atención que cuando la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner resultó electa por más del 50% de los votos, muchos hacían referencia a “la fuerza de la voluntad popular”, señalando que el “el pueblo habló en las urnas”, que “más de la mitad de los argentinos apoya a CFK y hay que respetar esa decisión”, dando así cuenta del apoyo masivo de la población al gobierno.
Ahora bien, cuando esto mismo ocurre pero el ganador con más del 56% de los votos es un referente de otro partido político, que no es el que muchas de estas personan militan, la cosa cambia radicalmente. Allí, el gobierno en cuestión “cae en los próximos meses”, “los diputados que apoyen medidas oficiales serán escrachados”, los gobernadores renunciarán, “Milei no ganó, sino que perdimos nosotros” y lo que “hice durante una vida no sirve de nada mejor quememos todo” . It´s too much, diría la jefa del espacio político al que representan.
Otro punto a tener en cuenta es que en su afán por ser más papistas que el Papa, muchos se olvidan que fue la propia CFK quien durante su mandato aseguró que si a alguien no le gustaba su forma de gobierno lo que correspondía hacer era “armar un partido político, presentar a elecciones y ganar”. Y justamente eso fue lo que ocurrió, un outsider de la política en dos años formó un partido político, se presentó y ganó.
A eso hay que sumarle no solo que Javier MIlei (LLA) triunfó con mucho más del 22% de los votos -como ocurrió tiempo atrás con el máximo referente del Kirchnerismo- sino que como un raro espécimen de la política nacional, el actual presidente hizo campaña diciendo que todo lo que iba a hacer significaba un fuerte dolor; que las cosas estaban mal y que se iban a poner peor y así y todo 14 millones de argentinos lo votaron. El 56 por ciento de los votantes prefirió escuchar la realidad y no el habitual relato que da cuenta por caso de “más y mejores derechos” o del “ Estado presente” cuando siquiera se respeta el derecho a la vida. Basta con mencionar el dramático suceso que derivó en la muerte de una niña de 9 años- sin importar quienes sean sus padres- cosa que a decir verdad no es la primera vez que ocurre en la provincia de Buenos Aires y de la cual quien escribe no se ocupará aquí ya que no existen palabras ni ríos de tinta que puedan explicar semejante atrocidad, ni el dolor de los padres ante un hecho que simplemente es contra natura. Nunca, por ningún motivo, bajo ningún concepto, un niño debe morir antes que sus progenitores. Eso, para quienes somos padres, es simplemente inentendible y destroza el corazón.
Ajuste
La verdad sea dicha: la promesa de J. Milei respecto a que el ajuste los pagaba “la casta”, hasta el momento no se vio, o al menos no con la claridad que gran parte de sociedad demanda, ya que hasta ahora todas las medidas tomadas por el actual gobierno dieron de lleno en los que menos tienen y en la clase trabajadora, esa a la cual el FdT la dupla Alberto y Cristina le prometió llenar la parrilla de carne para que humeen todos los fines de semana cual viejos trenes a vapor, cuando en realidad el único humo que se vio fue el lanzado por el ex superministro y candidato, Sergio Massa, en cada una de sus promesas y medidas económicas.
Deberá entonces el presidente Milei redoblar efuerzos para cumplir con la palabra empeñada, so pena de comenzar a formar parte de la casta a la cual tanto critica.
Ahora bien, por qué tanta aprehensión a algunas de la medidas impulsadas por el gobierno de parte de algunos sectores de la vida nacional?
Es en verdad porque entienden que las mismas son un peligro para a la población en general, o porque lisa y llanamente existe el temor de ver menguar ciertos privilegios a los que se acostumbraron a lo largo de los años?.
Una ejemplo de esto son los capitostes de la CGT, quienes en línea generales son millonarios que hace décadas ocupan esos cargos y que para recordar qué era una fábrica deben recurrir a Google ya que muchos de ellos tienen discurso progresista, pero bolsillo de oligarca. También puede mencionarse el caso de reconocidos empresarios cuyo único cliente siempre fue el Estado, sea provincial o nacional y ahora temen perder .
Por último -o quizá en primer lugar- están algunos integrantes de la clase política vernácula que según afirman luchan por terminar con la pobreza , cosa que es verdad, solo que en muchos casos la pobreza que terminaron fue la propia.
D.R