MASSA HACE JUEGUITO PARA LA TRIBUNA, PERO NO METE UN GOL

MASSA HACE JUEGUITO PARA  LA TRIBUNA, PERO NO METE UN GOL

Para no desentonar con el accionar habitual del presidente Alberto Fernández y el resto de los integrantes del FdT,  el ex superministro de Economía, Sergio Massa, no pega una. Desde que asumió a la fecha llevó adelante un ajuste que sus antecesores no pudieron aplicar y a pesar de eso los resultados están a la vista: la inflación no cede. Claro está que el tan mentado ajuste, solo recayó sobre jubilados y trabajadores quienes a diario ven como sus salarios se licuan más allá de los anuncios rimbombantes que pretenden hacer creer que una jubilación de $ 59 mil y un bono de $ 17 mil, solo por tres meses, no solo son la gran cosa sino que merecen gestos de gratitud por parte de la tercera edad.
Quienes si están conformes con el accionar del ministro, quien años atrás juraba no volver a sumarse a las filas del kirchenerismo, para luego traicionar a propios y extraños, son las compañías de energía a quienes les condonó una multimillonaria deuda.
Amigos son los amigos.

Planes para pocos

El ministro Massa, quien sabido es poco sabe de macroeconomía -cosa que no le impidió aceptar el cargo, todo vale para colmar su ambición de poder-,  no se cansa de lanzar planes que ya fracasaron en el pasado, pero que sirven a la hora que el Indec con Marcos Lavagna a la cabeza (aliado de Sergio),utilicen esos precios para medir la inflación mensual. Sino fuera así y se utilizaran los precios de los productos que no están en los planes oficiales y que son a su vez los que fácilmente se consiguen, los guarismo serían peores aún, afirman encumbrados economistas.
Otra cuestión a tener en cuenta es que todos los planes que se lanzan tiene por beneficiarios a quienes viven en la tan odiada Ciudad de Buenos Aires, el empobrecido conurbano y algunas grandes ciudades del interior del país.
Raro es ver como nadie levanta la voz para indicar que dichos planes de control de precio, rara vez se ven en los supermercados de cientos de pueblos del interior del país.
Un ejemplo concreto es el recientemente lanzado “plan carne”, donde se indica con bombos y platillos que a partir del viernes ésta bajará un 30% , cosa que es cierta,  pero solo sucederá en hiper y supermercados que obviamente tengan carnicerías y que además estén adheridos a distintas asociaciones que nuclean al sector. Lo mismo ocurre con las carnicerías donde solo se aplicará esta rebaja si forman parte de una cadena de locales que pertenecen a un frigorífico.  Todos esto hasta fines de marzo, luego, dice el gobierno, aumentará solo el 3,2% por mes.
Los consumidores de carne de pequeños pueblos agradecidos, verdad?.

Nada que controlar

Lo mismo ocurre con el  programa que indica que se devolverá el 10% de la compra con un tope de $ 2 mil por mes, si el cliente paga con tarjeta de debito, siempre y cuando  la carnicería en cuestión debe adherirse específicamente al plan oficial.
Esta nueva pantalla publicitaria, a la cual el ministerio de Economía es tan afecto (vendedores de humo, dicen en el barrio), se suma a los Precios Cuidados y su hermano mayor Precios Justos.
Como habrán sido de inútiles dichos planes que los camioneros y piqueteros solo controlaron los precios menos de 20 días. Luego dejaron porque no había nada que controlar ya que los productos dentro de ese listado llegan a las góndolas de los grandes supermercados a cuenta gotas, y directamente no llegan al almacén del barrio, ni al “chino” de la esquina, lugares a donde miles y miles de personas concurren a diario a realizar sus pequeñas compras.
Otro punto que olvida el ministro de Economía a la hora de lanzar planes de compra, es que una gran parte de la fuerza laboral del país está fuera del sistema forma de empleo (nueva y elegante forma de decir que miles de argentinos trabajan “en negro”,  cosa de no ofender a Victoria Donda, ex INADI y nueva subecretaria de Análisis y Seguimiento Político Estratégico del gobierno de Kicillof.  Lo juro amigo lector. Es verdad aunque Ud. no lo crea ) y por lo tanto no está bancarizada,  ya que vive de changas o de trabajos informales por lo cual difícilmente tenga cuenta bancaria, ni que hablar del 8% de los argentinos que viven en la indigencia. Es decir que a todas estas personas tampoco alcanza el plan Massa.
Sin embargo a la vista está que nada de esto importa al ministro a  la hora de hacer jueguito para la tribuna y seguir tirando la pelota para adelante sin meter un solo gol.

 D.R