UN GIORNO TRISTISSIMO

UN GIORNO TRISTISSIMO

 Si cuando las cosas no salen como yo quiero, creo que eso me habilita a romper todo a patadas a pesar que la voluntad de la mayoría sea que dichos cambios se produzcan, algo está mal. Muy mal.

Ayer la sociedad vio una vez más como un grupo que no puede conseguir con la palabra o el voto lo que desea , decide avanzar contra las instituciones -en este caso provinciales- para intentar por la fuerza hacer prevalecer su voluntad o al menos darle algún sentido a su existir  y en algunos casos hacerse de unos pesos.

Así fue como el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales,  tuvo que hacer frente a una serie de protestas en toda la provincia. El detonante de las mismas fue la reforma de la Constitución provincial aprobada ayer y más precisamente un artículo que da cuenta de la prohibición de realizar cortes de rutas y calles con motivo de protestas, cosa que de hecho ya está penado en todo el territorio nacional pero nadie hace cumplir.

Lo llamativo del caso es que la reforma en cuestión fue convocada en noviembre pasado por un partido que en las elecciones provinciales ocurridas hace pocas semanas ganó por el 50 por ciento de los votos y que –como si esto fuera poco- la misma cuenta con el apoyo del  Partido Justicialista cosa que desde el gobierno y la dirigencia del ahora Unidos por la Patria, quizá  por conveniencia, hoy pretenden  desconocer.

Otro punto a tener en cuenta es que mientras que el gobierno no dice nada  sobre el caso de la desaparición de la joven Cecilia Strzyzowski, ocurrida en Resistencia, Chaco, -provincia comandadoa por "Coqui" Capitanich, hombre fuerte del Pj/K-    ayer varios referentes de ese espacio salieron presurosos a tomar partido de lo que sucedía en Jujuy  a punto tal que el propio presidente, la vicepresidente junto a altos funcionarios tuvieron tiempo de cruzar tuits con el gobernador Morales quien no dudó en responsabilizar  a las autoridades nacionales de los sucesos que ocurrían en su provincia. Lo mismo ocurrió con encumbrados dirigentes sindicales que frente a la inflación que destruye los salarios mes a mes no dicen nada, pero ayer no dudaron en levantar su voz de protesta haciendo gala de un cinismo a toda prueba.

Doble vara

Lo que está mal, está mal en todos lados, afirma el acervo popular,  menos para el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, quien como se dijo no pronunció palabra alguna sobre la desaparición de Cecilia, pero corrió presto a Jujuy a criticar la represión policial. Dicho en buen romance: que decenas de personas rompan a pedradas la Legislatura, destrocen autos y comercios y apedreen a la policía, para Pietragalla no es grave,  ni es violencia,  lo preocupante para el funcionario nacional es el accionar policial, que dicho sea de paso deja bastante que desear, toda vez  que se ve a policías arrojando piedras o utilizando una “gomera” cual delincuentes.  Así no va.

Una vez más Pîetragalla utiliza un raro sistema para medir los avasallamientos a los derechos humanos en el país, donde a su buen entender se violan siempre y cuando ocurran en territorio conducido por un integrante de la oposición, de lo contario todo está en orden razón por la cual aplica el  futbolero  “siga , siga”.

Como era de esperar la oposición salió rápidamente a condenar los disturbios y a bancar a Morales quien ya está curtido en lo que a revueltas se refiere luego de años de enfrentar a Milagro Sala y la Tupac, dando así al menos en este tema una imagen debunidad.
Ahora bien, la pregunta que cabe en estos casos es hasta cuando la sociedad puede soportar que un grupo de personas se comporten cual niño malcriado que al ver que su equipo va perdiendo el partido, decide llevarse la pelota y terminar el juego? Cómo es posible que desde un gobierno nacional, sea del signo que sea, no se ponga inmediatamente a disposición del gobernador de turno las herramientas necesarias para volver a encauzar las cosas dentro de los parámetros institucionales?. Cómo es posible que cien personas corten rutas nacionales y mantengan de rehenes a otras cientos ante la atenta mirada de los gendarmes que al no contar con orden alguna prefieren no actuar a pesar de ser testigos de un delito en su presencia.?

Es posible que las mezquindades políticas lleguen a tal grado que todo vale con tal de arruinar al otro,  o como dijo un  viejo amigo  será que “la política argentina es abrazo, piquete de ojo, palmada en la espalda  y cortito al mejor estilo Karadagian, todo junto al mismo tiempo”.  De ser así,  el futuro ya no será lo que era.

D.R