LA CULPA ES DE LOS CHINOS

LA CULPA ES DE LOS CHINOS

La heladera está cada vez más vacía y la parrilla acumula una infinidad de cacharros en desuso. Atrás quedaron las promesas del  binomio Fernández-Fernández, la indignación del gobernador Axel Kicillof por el precio de la leche y los reclamos sindicales a toda hora.
Mientras el ex superministro Sergio Massa a quien muchos apodan  “La Farolera” porque “todas las cuentas le salieron mal”, no solo insiste con fórmulas probadas y fracasadas -como el control de precio-  sino que además se da el gusto de reclamar la suspensión de las PASO en el FdT, con la idea quizá de ser ungido  candidato a dedo, miles de argentinos caen en la pobreza cada día.
Tan grave es la situación y de forma tan brutal pega la inflación en el bolsillo de los que menos tienen –paradojicamente aquellos a los cuales los capitostes de este gobierno dicen defender y representar- que la canasta básica alimentaria (la que marca la línea de indigencia) en un año aumentó el 120%, es decir más aún que la inflación general, cosa que aleja cada vez más a dichas familias ya no solo de la tan mentada “movilidad social ascendente”, que a estas alturas es una quimera, sino de cualquier tipo de esperanza de cara al futuro.
Como si esto fuera poco, horas antes de conocerse el dato inflacionario el presidente Alberto Fernández dijo que “hay que frenar la inflación de algún modo”, para luego echarle la culpa a la corrida cambiaria y a los supermercadistas chinos , indicando una vez más que la inflación es “psicológica”. Al presidente solo le faltó decir “algo habrá que hacer” como dijo cuando se refirió a la violencia en Rosario, lugar al que prometió el envió de personal militar que aún no llegó.
Este es el mismo Alberto Fernández quien días atrás dijo que había decido retirarse el 10 de diciembre y no disputar así una posible reeleción, como si alguien más allá de su esposa  Fabiola, Dylan, sus hijos  y su cada vez más pequeño círculo de colaboradores inquietos solamente por no perder su conchabo,  pensara que el actual mandatario tiene posibilidad alguna de ser reelecto.

Alejados

Mientras todo esto ocurre, lla vicepresidente de la Nación, Cristina Fernández, continúa ocupada en su habitual derrotero jurídico, lamentándose en esta oportunidad que los integrantes de la Corte Suprema de Justicia “se salieron con la suya”. Para la titular del  Senado los jueces no cumplieron con su labor ni con lo que marca la Constitución, sino que simplemente ganaron, le torcieron el brazo al FdT.
 Esta es la forma de ver las instituciones y la política de la líder de un espacio que corre desesperado buscando un futuro promisorio que aparece esquivo. Todo es cuestión de hacer lo que uno quiere. En este caso para CFK, la Corte ganó porque hizo lo que quiso. Así nomás.
Lo que no dice Fernández de Krichner es que al momento de postularse tanto Uñac como Manzur sabían que estaban tirando la cuerda más de lo aconsejable y que existían altísimas posibilidad de un fallo en su contra. Sin embargo insistieron para mantener su cuota de poder y poder designar un sucesor a dedo como ya es costumbre.
Como se verá todos estos son temas que sin lugar a dudas forman parte de las preocupaciones cotidianas de millones de argentinos que viven en la indigencia, o en la pobreza, que no tienen empleo , que no cuentan con  agua potable, ni cloacas en sus casas, si es que tienen vivienda.
Tan grande es la distancia que aleja a buena parte de la clase política de los problemas de los habitantes de a pié que no les permite ver lo que sucede a escasos metros de sus despachos  donde cientos de personas revuelven contendores en busca de comida o  recorren las calles de las grandes ciudades juntando de cartones o algo para vender. Son los que ahora la política románticamente denomina  “trabajadores de la economía popular”, incentivando sin ponerse colorados una suerte de  apología de lo precario.

D.R