EXTRAÑA CONVOCATORIA
“Che! a ver si dejan de putear que no cuesta un carajo hablar bien y una mierda respetar”, decía un sargento de caballería indicando a sus soldados como debían conducirse de caras a la sociedad.
Así de brutal es el llamado que algunos dirigentes políticos hacen a una suerte de concilio ecuménico de la paz, para bajar los decibeles a la hora de hacer declaraciones buscando dejar de lado el “discurso de odio”, que en algunos casos ellos mismos propician con sus declaraciones públicas a través de sus redes sociales o medios de comunicación.
Cómo es posible que un partido político llame a “parar la violencia, el odio y cuidar la democracia”, cuando uno de sus integrantes y no cualquiera, sino un senador Nacional, como José Mayans, dice que para que haya paz social se debe frenar el juicio contra su jefa política. Dicha afirmación no solo es una suerte de amenaza velada impensada en un senador de la Nación que se precie – cosa que por lo visto no es el caso- , sino que de por sí es una afrenta mayúscula al sistema democrático que pretende defender y representar.
Quién va a tomar seriamente un llamado de estas características cuando nada más ni nada menos que el ministro del Interior de la Nación, "Wado" de Pedro, afirma que están dispuestos a prender fuego todo, si continuaba el vallado en el barrio de la vicepresidente, -vallado que un juez ordenó levantar y que en todo caso esa decisión podría haber facilitado el nefasto atentado perpetrado días después, pero como el juez en cuestión simpatizaría con las ideas oficiales, eso no menciona-. Tras esto el mismo ministro abre los brazos y llama al cónclave del amor, cosa contradictoria si las hay.
Cómo es posible que alguien analice tomar en cuenta dicho convite cuando otro ministro en este csaso de la provincia de Buenos Aires, con un peso político preponderante dentro del kirchnerismo, como el que tiene Andrés “Cuervo” Larroque, un día afirme “con Cristina no se jode”, en alusión al juicio, después “esto recién empieza” luego de las manifestaciones frente a la casa de la vicepresidente y a los pocos días convoque al dialogo pacifista.
A esto se suma por caso las declaraciones de la titular del INADI, Victoria Donda, quien no se privó descargar furia contenida a través de twitter contra dirigentes de la oposición, justamente ella, quien parece haber olvidado el trato que le dio a su empleada doméstica a quien tenía sin registrar y para zafar de los problemas que se le avecinaban sin ponerse colorada, le ofreció un contrato en el organismo que dirige.
Tambien hay que tener en cuenta la misa convocada en Lujan, por "la paz y la fraternidad" que nada tiene de malo salvo que el mismo sector que la convocó hizo otros dos actos, uno bajo el lema "corte con la Corte" y otro donde la consigna es "Cristina cuida al pueblo y el pueblo cuida a Cristina" donde nadie se privó de hostigar a la oposición. No se entiende tanta dicotomía organizativa.
Por último están las declaraciones del propio presidente Alberto Fernández -quien no deja pasar oportunidad para alejarse de las acciones que un estadista suele tomar- tratando de agradar a su mentira a como dé lugar indicando que desea que el fiscal Diego Luciani no se suicide como Nisman y tras cartón señalando culpables del atentado hacia Cristina Kirchner donde no los hay.
Por su parte la oposición no se queda atrás ya que tiene entre sus filas algunos referentes que también aportan su grano de arena a la confusión general o aquellos que tienen actitudes poco claras respecto a la situación por la que atraviesa el país y su compromiso con el mismo, mostrando en todo caso que están más preocupados por las elecciones 2023 que por los destinos de la ciudadanía.
El círculo rojo se ocupa de los temas que le interesan , por caso los senadores sesionando para redactar un obvio rechazo al ataque sufrido por la vicepresidente cosa que nadie pone en tela de juicio- mientras por otro lado la reforma de la ley de alquileres duerme en un cajón y miles de argentinos sufren sus nefastas consecuencias, lo que muestra a las claras lo lejos que están algunos dirigentes de las verdaderas necesidades de quienes dicen representar.
Mientras esto ocurre, el ajuste y el tarifazo – cosas que al oficialismo su sola mención le produce urticaria - continúan a paso veloz, al igual que la inflación que ya nadie duda será casi del 100% anual, la más alta desde 1990. Sin embargo de eso no se habla.
La verdad sea dicha: ya nadie acepta la tan mentada doble vara con las que se miden las cosas según convenga, ni el relato amañado, ni las acusaciones sobre “discurso de odio”, más aún cuando dentro de las filas de quienes se acusan no hay precisamente figuras que demuestren ser fieles seguidores de las enseñanzas de Gandhi.
D.R