Cuando un amigo se va...

opinión, expulsión de Kulfas

Cuando un amigo se va...

Finalmente el presidente Alberto Fernández usó la lapicera tal como le pidió su vicepresidente y el titular de la Uocra regalo mediante. El problema radica en que no la utilizó para lo que muchos de sus colaboradores esperaban, es decir, dar un golpe de timón mejorando así el rumbo de la economía, o quizá despegándose de quien lo martiriza o manda a humillar semanalmente a través de Twitter, nada de eso, el mandamás de la Casa Rosada utilizó  la tan mentada lapicera para despedir a uno de sus ministros más fieles. Por qué?, no por haber supuestamente  hecho  declaraciones en off, sino sencillamente porque no tiene ni el peso político propio para defenderlo.  Fernández lo entregó como otro intento de fumar la pipa de la paz con la mandamás del  Kirchnerismo, cosa que por lo visto no sucederá.

Sabido es que el ahora ex ministro Matías Kulfas, era uno de los dos ministros a los cuales el  Cristinimo  le dibujó un blanco en su espalda, el otro es Martín Guzmán , a quienes  desde las huestes de La Cámpora o el Instituto Patria, se encargan de tirarle a diario con munición de variado calibre.

En el caso de Kulfas, hombre del rinón de Alberto Fernández si los hay , el encono de Cristina Fernández proviene desde hace ya un largo tiempo, más precisamente desde que el ex ministro publicara un libro donde se atrevió a cuestionar  algunas políticas del Kirchnerismo.

Alberto Fernández dio una nueva muestra de rendición, ya que no solo se encolumnó tratas el disparatado proyecto de una Corte Suprema  integrada por 25 miembros,  cosa que a todas luces difícilmente consiga los votos necesarios en diputados para llevarse a cabo, se dedicó a criticar a Macri una vez más, como si eso resolviera alguno de los cientos de problemas que afectan al país, sino que además, le dio el gusto a su coequiper y despidió a uno de sus hombres de confianza. De todas formas no hay por qué sorprenderse, ya hizo lo mismo con su ex socia y con un amigo.

Otro punto a tener en cuenta es la ductilidad de Daniel Scioli quien de su puesto de embajador en Brasil, pasa sin más a conducir la cartera de producción del país. Ver para creer.

Ahora bien, la pregunta que surge en estos momentos, es cómo es posible que el presidente eché sin más a un hombre fiel y no pueda decidir la partida de un funcionario de segunda línea que tiempos atrás desafió al ministro Guzmán. Qué pensará el puñado de colaboradores y gobernadores que con más voluntarismo que convicciones tratan de apuntalarlo a diario.

Fernández una vez más decepciona a su tropa, con la sola intención de congraciarse con su vicepresidente quien solo le da órdenes, las cuales, tarde o temprano, termina por obedecer.