LLEGÓ EL DÍA TAN ESPERADO

Se define el nuevo Gobierno en un marco de incertidumbre económica. La primera incógnita que se develará y el panorama que le espera al ganador

LLEGÓ  EL DÍA TAN ESPERADO
Comenzó el ballotagge en Argentina

Después de una campaña electoral larga y extenuante para los candidatos y para la población, Sergio Massa y Javier Milei se enfrentan en el balotaje que definirá quién de los dos será el presidente a partir del 10 de diciembre, aunque la disputa se da en un clima de incertidumbre que va más allá del resultado por el desafío económico y también político que cualquiera de los dos tendrá por delante.
Massa llegó a esta instancia tras haber conseguido el 36,7% de los votos en las elecciones generales del último 22 de octubre y haber dejado en segundo lugar a Milei con el 29,9%, un resultado que dio vuelta lo ocurrido en las primarias (PASO) de agosto, donde el libertario había ganado con el mismo porcentaje y la alianza oficialista había quedado en el tercer puesto, en una definición muy ajustada.
Esa circunstancia es el primer factor que tiñe de incertidumbre al balotaje de este domingo, dado que ambos llegaron en condiciones mucho más parejas que aquellas y luego de una campaña en la que todos jugaron muy  en medio de  la insatisfacción política generalizada.
En el cuarto oscuro habrá solo dos boletas: la de La Libertad Avanza, con la fórmula Milei-Victoria Villarruel, y la de Unión por la Patria, con el binomio Massa-Agustín Rossi. Para definir al ganador se contarán solo los votos válidos afirmativos, mientras que el voto en blanco -tercera opción- no beneficia a ninguno de los dos candidatos a priori: solo se podrá saber a quién le jugó a favor una vez que se conozca el resultado.
Otro de los factores que genera incertidumbre alrededor del balotaje es la diferencia de votos que exista entre ambos. Y es que, precisamente, por el tono que adquirió la campaña (no solo entre los actores involucrados sino también en medios televisivos y sobre todo en las redes sociales) en el ámbito político no se descarta que, si la distancia entre Milei y Massa es muy corta y el perdedor no reconoce la derrota, haya que esperar al recuento definitivo, que empezará 48 horas después de finalizada la elección.

Desafío

Gane quien gane, el primer desafío del nuevo Gobierno será la estabilización de la economía en un país que cerrará el año con una inflación superior al 140%, una variedad de tipos de cambio que no conocen precio de equilibrio, la deuda billonaria en pesos de las Leliqs y los vencimientos con el FMI, con un acuerdo de por medio que supone condicionamientos para la política económica.
En ese marco, el dato más notable es que ni Massa ni Milei revelaron aún quién será su ministro de Economía. Se espera que después del balotaje el presidente electo dé a conocer el nombre de la persona que ocupará el cargo más difícil del Gobierno, al que en los pasillos suelen referirse como "la silla eléctrica". En ambos espacios, deslizan que el anuncio del futuro ministro de Economía podría ser el mismo domingo por la noche o, a más tardar, el lunes. Ese día será feriado y le dará al presidente electo una mínima ventana de tiempo antes de que los mercados reaccionen el martes al resultado del balotaje y al perfil de la política económica que intentará ser leído a través del nombre del nuevo ministro.

Ajuste

Tanto del lado de Massa como del lado de Milei la palabra "ajuste" es recurrente, a pesar de los eufemismos a los que apelan para no caer antipáticos ante el electorado. Por esa razón, uno de los temas más discutidos entre ambos candidatos durante la campaña fue el de los subsidios a las tarifas y, principalmente, en el área del transporte, la más sensible.
Los dos candidatos enfocaron la necesidad de un ajuste de distinta manera: Milei se destacó por poner el acento en el gasto de "la política" con el Poder Ejecutivo y el Legislativo en el eje de su discurso, mientras que Massa apuntó a los beneficios impositivos de los que hoy gozan algunos sectores empresariales y también una parte del Estado, puntualmente el Poder Judicial, del gasto de” la política” no hizo mención.
En cualquier caso, la necesidad de recortar gastos y elevar los ingresos por vía de la exportación -algo en lo que hizo más hincapié el candidato de Unión por la Patria- es un desafío que ambos espacios políticos tienen asumido como la tarea más compleja por delante. Pero esto también estará atado al escenario político que enfrentará el próximo gobierno.

El Congreso

Todos los cargos que se definían este año ya fueron confirmados en las sucesivas elecciones provinciales y las generales de octubre. Es decir que, tanto Milei como Massa, ya saben cuál es el elenco de los gobernadores con el que deberán tratar a partir de diciembre y qué le espera a la gestión de uno u otro en el Congreso, el escenario clave.
El escenario de la Cámara de Diputados y del Senado es de una profunda fragmentación política y, por si fuera poco, con una transformación en curso. Y es que la alianza Juntos por el Cambio, que es la segunda minoría en ambas cámaras, sufrió una fractura por la decisión de buena parte del PRO de acompañar a Milei, la cual no fue compartida por la UCR ni por la Coalición Cívica.
Esto hace que la bancada de 93 diputados nacionales y de 24 senadores formada por las elecciones de octubre, esté hoy a la espera del resultado del balotaje: si el ganador fuera Massa, es posible que los números se mantengan más o menos en ese orden, pero, si fuera Milei, ambos bloques se modificarían por el previsible acercamiento del PRO a La Libertad Avanza.
Los libertarios tendrán 38 diputados y 7 senadores propios. Distintas fuentes parlamentarias coinciden en señalar que, si Milei llega a la Casa Rosada, su fuerza parlamentaria se amplíe con legisladores del PRO, aunque en la vereda de enfrente tendrá a lo que quede de Juntos por el Cambio y también al peronismo englobado hoy en Unión por la Patria.
Ese espacio tendrá 105 diputados y 33 senadores, una fuerza significativa tanto para ser oficialismo como para ser oposición. Si Massa gana el balotaje, es posible que, al menos en el inicio de la gestión, cuente con el apoyo de bloques provinciales que le facilitarían alcanzar la mayoría (37 votos) en el Senado, mientras que en Diputados la búsqueda de acuerdos será más compleja.
El candidato de Unión por la Patria logró alinear a todo el peronismo para la campaña, pero lo que le espera en el Congreso también tiene algunos interrogantes porque dentro de los bloques de diputados y senadores hay una presencia significativa del kirchnerismo puro que podría acompañarlo o bien pararse como un aliado con el que debería negociar.

Los gobernadores

En este contexto, ninguno de los dos tiene garantizados de antemano los acuerdos necesarios como para aprobar con facilidad las primeras leyes de la nueva gestión. Para esto, será determinante la posición que adopten los gobernadores, a quienes también alcanza la fragmentación política.
A partir de diciembre, de las 24 jurisdicciones del país, 10 estarán gobernadas por el peronismo, otras 10 por Juntos por el Cambio (UCR y PRO) y 4 estarán en manos de partidos provinciales que suelen moverse con cierta independencia, claro está, según les convenga a los gobernadores de cada lugar.
Todos ellos tendrán diputados y senadores en el Congreso que formarán parte de las negociaciones con el futuro gobierno, sea quien sea el presidente. Esto será determinante para la gobernabilidad de la próxima gestión y dependerá mucho de la relación que construya el nuevo presidente con cada mandatario provincial.
A todo esto, se le suma el rol que jueguen Cristina Kirchner, en el caso de que el ganador sea Massa, o Mauricio Macri, si el nuevo presidente fuera Milei. Ambos ex presidentes tuvieron un perfil muy distinto en la campaña -el referente del PRO fue mucho más activo y visible- pero, según quién gane el balotaje, tendrán una cuota mayor o menor de poder frente al nuevo gobierno.

Info: S.P. I.P. redacción