FUMANDO ESPERA
El candidato–ministro Sergio Massa (ya no es más ministro–candidato habida cuenta que cada medida que toma está pensada en función de las próximas elecciones) no gana para disgustos. Cómo no sería así, si en poco más de un año de gestión no logró imponer una medida que acomodara la desastrosa economía nacional, mejorara el nivel de ingresos o solucionara algunos de los cientos de problemas que enfrentan a diario desde comerciantes, hasta empresarios, pasando por trabajadores y jubilados.
Controles de precios que no dieron resultado alguno, crecimiento de la inflación del 70% al 115%, aumento exponencial del dólar, incremento sostenido de los niveles de pobreza e indigencia y un elevado mal humor social son solo algunos de los resultados de la gestión de quien por estos días parece haber perdido la memoria o –como es habitual en estos casos- tener memoria selectiva.
A esto se suma que debido a sus infatigables ansias de protagonismo y poder Massa no dudó en presionar de manera furibunda a sus socios políticos para ser nombrado como candidato a presidente por dicho espacio, cosa que un poco a regañadientes y otro con cierto alivio por sacarse un peso de encima, aceptaron.
Vaya solito, nomás
Así el otrora súper ministro que venía a poner las cosas en orden habida cuenta de su conocida buena onda con el círculo rojo empresarial, se convirtió en un candidato que no solo nunca contó con el beneplácito de las huestes kirchneristas, sino que a poco de andar fue directamente abandonado a su suerte por las mismas y por buena parte del peronismo, que como es sabido es especialistas en concurrir a velorios, acompañar hasta la puerta del cementerio pero no pasar de allí.
Hoy el “fullero” Massa, tal cual lo bautizó la vicepresidente en público, se encuentra solo remando una campaña electoral, habida cuenta que desde hace tiempo los gobernadores decidieron ocuparse de sus territorios al desdoblar las elecciones provinciales, a los que ahora se sumaron muchos intendentes que prefirieron separar sus gestión de la del candidato-ministro, con la intención de no quedar pegados a sus medidas a las que consideran un dolor de cabeza continuo.
Tan es así que tras una devaluación aplicada a las corridas que solo hizo que todos los argentinos en menos de 24 horas fueran 22% más pobres (a lo que se le debe sumar los altos guarismo inflacionarios) los precios no solo se dispararon, sino que la brecha cambiaria sigue igual o más elevada aún, a pesar de la medida tomada con el solo fin de conseguir el dinero necesario para implementar el Plan Platita II.
Para colmo de males, y antes de comenzar a andar, el ministro sufrió su primer revés de mano de los gobernadores –en su mayoría pertenecientes a su propio espacio político- quienes decidieron no pagar el bono anunciado con bombos y platillos para “cuidar los bolsillos de las familias” -cuando en realidad las familias argentinas no quieren que le cuiden los bolsillos, sino que el Estado le saque la mano de los bolsillos- sumando así un nuevo fracaso a las medidas impulsadas por el ex super ministro quien quiso hacer de las suyas con el dinero de otros.
Tan solo está Massa en su carrera electoral que ni su propio jefe de campaña, el ex candidato presidencial por 24 horas, Wado de Pedro, sale al ruedo a apoyar dichas decisiones y menos aún a realizar acto alguno a favor de quien dicen es su representado. De CFK, su hijo y los capitostes de La Cámpora –socios en la fábrica de pastas que otrora fullero iba a eliminar- mejor ni hablar, conocida es la rapidez de estos a la hora de hacer mutis po el foro cuando las papas queman.
Estrategia?
Quienes defienden a Massa afirman que “Sergio sabe que esta vez no llega a la Rosada, pero igual agarró el fierro caliente porque esto le permite posicionarse como una de las principales fuerzas de oposición dentro del congreso”, cosa de la que muchos dudan en especial si se tiene en cuenta que la lista de diputados y senadores está integrada en su mayoría por gente del sector K dentro de UP y no del Frente Renovador .
Así las cosas y como para sumar un grano más a la confusión general dentro de UP, el presidente Alberto Fernández salió a defender las acciones del candidato-ministro, cosa que por estas horas pocos agradecen y muchos prefieren olvidar por un lado por la poca trascendencia que desde hace tiempo tienen las palabras de Alberto y por otra porque nadie quiere quedar pegado con su gobierno.
Quienes toman café con el candidato-ministro esperan no solo lograr el firme apoyo de los sindicatos, muchos de los cuales ya coquetean con Milei, no porque les guste, sino porque ven que los rayos del sol calientan más hacia ese lado, sino además conseguir algún guiño de los integrantes de la coalición a la cual pertenece, quienes por estos días decidieron dejarlo abandonado a su suerte.
Mientras todo esto ocurre, Sergio “El fullero” Massa, fumando espera.
D.R