BANALES EXPRESIONES DE DESEO
Los problemas de seguridad en Miramar llegaron a un punto donde ya no alcanzan las promesas oficiales, las buenas intenciones, ni los cambios de funcionarios. Sucede que hay hechos que una sociedad no puede aceptar de manera alguna, por caso que a una mujer herida durante un temporal le roben sus pertenencias sin más y que luego la familia deba pasar por un calvario.
Tampoco es posible que un grupo de malvivientes se alce con un centenar de metros de cable de luz, complicando aún más la existencia de los habitantes de la ciudad que ya no saben qué hacer para lograr que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto y se hagan cargo de los problemas que deben solucionar y que por el contrario se multiplican a diario.
Si el robo a la infortunada mujer pasa a engrosar la lista de delitos que a diario ocurren en la localidad y de los cuales poco o nada se dice por los canales oficiales, pero si mucho se conoce con solo escuchar a los vecinos que indignados buscan una respuesta a sus reclamos, la sociedad toda estaría desamparada, entregada a la voluntad de unos cuantos delincuentes a los que - como ya se dijo desde este espacio- los habitantes afirman conocer con nombre y apellido, pero al parecer poco se hace para poner coto a su accionar.
Son los propios policías los cuales en estricto off de récord, afirman estar “cansados de ser unos payasos porque los delincuentes se nos ríen en la cara”. “Nosotros ponemos el pecho, tratamos de hacer de todo con lo que tenemos y al final del día nada cambia” afirman.
Tan delicada es la situación de buena parte del personal de la Policía bonaerense que comanda el nuevo ministro Eduardo Alonso , ex mano derecha de Sergio Berni, que muchos efectivos se encuentran de licencia por problemas de depresión y ansiedad, entre otros padecimientos, según ellos mismos aseguran. Incluso el aumento de la tasa de suicidios dentro de la fuerza encendió todas las alarmas desde hace ya más de un año, cosa que demandó que desde dicha institución se creara un programa específico para atender esa situación.
Mejor que decir, es hacer…
Lo cierto es que mientras se dan conferencias de prensa destinadas a justificar lo injustificable, mientras se prometen cambios que nunca llegan o durante el verano se inundan las localidades turísticas con jóvenes efectivos policial que recorren las calles y playas con una radio y un bastón (tonfa) al mejor estilo “bobbies” londinenses, los vecinos que habitan el resto de los barrios quedan en a merced del accionar de los ladrones que se alzan con lo que encuentran a su paso. Cómo será de complicado el estado de situación que en la tranquila localidad de Mechongué, conocida como “Pago Lindo”, cuna del intendente Sebastián Inantupony (UxP), días atrás se llevó a cabo una marcha en reclamo de seguridad.
Mientras todo esto ocurre, el gobernador Axel Kicillof (UxP) no se cansa de repetir que “donde hay una necesidad hay un derecho” - más allá de lo cuestionable o no de dicha afirmación- lo cierto es que su gobierno no cumple con dicho precepto, ya que la necesidad de seguridad en toda la provincia y en este caso específicamente en Miramar, es reclamada desde hace largo rato y nada cambia.
Otras de las frases preferidas del titular del Ejecutivo provincial, quien fue reelecto con más del 45% de los votos , es la necesidad de sumar “más y mejores derechos”, sin embargo, a la vista está, tampoco se cumple con los ya existentes, por caso el derecho a la seguridad que le asiste a todo ciudadano y que es una obligación indelegable del Estado.
Dicho en buen romance: las declaraciones oficiales, son solo eso, simple declaraciones pour la gallerie o banales expresiones de deseo que por más que se repitan mil veces, sin decisión política nunca se harán realidad.
D.R