POR QUÉ UN KILO DE QUESO PUEDE SALIR MÁS CARO QUE UNO DE CARNE

Los impuestos y la sequía son alguna de las variantes que influyen, dicen los especialistas.

POR QUÉ UN KILO DE QUESO PUEDE SALIR MÁS CARO QUE UNO DE CARNE
La inflación provoca estragos en los precios.

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La inflación descontrolada provoca que en muchas ocasiones se pierda la noción del valor "real" que tienen distintos productos o servicios, a punto tal que es común escuchar “ya no se que es caro o no”. Ante esta situación cada visita al supermercado o la carnicería suele ser un dolor de cabeza para quienes dependen de un salario que cada día rinde menos.
Así es posible encontrarse en las góndolas con una disparidad de precios que no deja de sorprender. Un ejemplo puede ser la brecha que existe actualmente entre la carne y el queso.
Sucede que en algunos casos el queso suele  valer hasta un 50% más que un kilo de carne por caso vacío que en algunas carnicerías de primer nivel cotiza a $ 4.200 el kilo, mientras que un queso sardo de primera línea supera ampliamente ese valor.
Esta diferencia se acrecentó en el último tiempo y tiene una serie de explicaciones, que van desde el mayor aumento de los productos lácteos hasta un incremento muy por debajo de la inflación de los distintos cortes vacunos.
De acuerdo al último dato publicado por el INDEC, la inflación interanual de junio fue del 115,6%. El rubro alimentos y bebidas no alcohólicas trepó en el mismo periodo 116,9%. En el interior, se observa que las "carnes y derivados" se incrementaron 85,5%, mientras que la "leche, productos lácteos y huevos", se disparó 140,8 por ciento.
Si se analiza más específicamente, de acuerdo a la canasta de alimentos que mide el INDEC, también se observa que los quesos crecieron considerablemente por encima del precio de la carne:
 Queso cremoso: subió 111,7% interanual en junio

Queso pategrás: trepó 115,7%

Queso sardo: se incrementó 106%

En tanto, los distintos cortes vacunos relevados por el organismo oficial presentaron las siguientes variaciones:

Asado: subió 68% interanual

Nalga: trepó 75%

Paleta: se incrementó 73,6%

Hay distintos factores que pueden explicar la marcada diferencia entre el precio actual del queso y de la carne.
según indicó Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), "el precio de los lácteos en general subió por encima de la inflación". Y, en ese sentido, señaló: "Hay una brecha grande entre los precios mayoristas y los minoristas. Es decir, el precio de salida de fábrica presentó una variación del 108,8% interanual (el mayorista) y el precio al consumidor, el IPC lácteo, es de 140%. Estamos notando un diferencial grande entre el precio que paga el consumidor y al que vende la industria. Lo que no sabemos es si se debe a un mayor margen comercial, mayor ganancia, o si hay un incremento de costos relacionados con la logística y distribución, además de los impuestos".

Impuestos

La carga impositiva es otro factor a tener en cuenta. "Son muy diferentes los precios en un hipermercado, con todos los impuestos incluidos, frente al precio de un queso que se vende sin ticket en una fiambrería de barrio", explicó Giraudo, quien señaló: "Un queso primera marca de reggianito, versus un precio segunda marca, ya tienen un 30 o 40% de diferencia. Si además se le agregan los impuestos la diferencia es más importante aún.
En ese contexto, al analizar las variables que inciden en el "encarecimiento" de los quesos, el especialista sostuvo: "Una explicación simple del precio de los quesos puede ser que el 40% de todo producto lácteo que consuma bajo la forma que sea, son impuestos. En ese sentido, es imposible que los productos sean accesibles".<
La producción y los costos de logística, subrayó Giraudo, son otros aspectos a tener en cuenta: "Un queso cremoso, por ejemplo, se hace con seis litros de leche. Un queso duro, se hace con 14 litros de leche. El estacionamiento, el costo financiero de mantenerlo y esas cosas, hacen que sea caro. Además, los fletes son caros. Incluso muchos camiones tienen que salir escoltados de las plantas para evitar ser asaltados. Ese costo, sumado al 40% de impuestos, encarece los productos".

Qué pasa con la carne

Más allá de que la evolución de los productos lácteos se ubicó por encima del nivel general de inflación, otro factor que incide en la brecha de precios es que justamente la carne vacuna quedó atrasada en precio, según los especialistas de mercado.
David Miazzo, economista jefe de Fundación FADA dijo que “la explicación de esta realidad está ligada con la sequía. Básicamente, la sequía provocó que en los campos haya menos pastos, que es la principal fuente de alimentación de la hacienda. Entonces, al tener menos pasto los campos, lo que genera es que los productores se deshagan de los animales",.
Además el profesional dijo que “entonces, desde mediados del año pasado hasta hace muy poco, se faenaron más de un millón de cabezas más de lo que se faenan en un año normal. Hubo mucha mayor oferta de carne, en un contexto de mercado interno débil en cuanto al nivel de poder adquisitivo de los salarios y un mercado internacional que también tuvo precios relativamente bajos. Es decir que la exportación no tiene poder de compra, el mercado interno tampoco, y a la vez hay mucha oferta, entonces cae el precio real" “. La carne vacuna perdió contra la inflación, se abarató con respecto al pollo y al cerdo, y está más barata que durante los últimos años en términos reales", explicó el experto.
De todas formas, esta tendencia no será indefinida y se espera una recomposición en el precio de la carne de cara a fin de año. "Este aumento de oferta que se dio por efecto de la sequía y terminó generando los bajos precios, no se dio por una mayor producción relacionada a un mayor stock o eficiencia. Todo eso que se mandó anticipadamente o por encima de lo normal, después va a faltar. Ese exceso de oferta que hubo ahora, va a condicionar la oferta a futuro. Esa baja de la oferta esperamos que se empiece a dar en el último trimestre del año. Y eso, de alguna manera, va a empezar a traccionar los precios", señaló Miazzo.
Lo cierto es que en carnicerías de primer nivel el kg de vacío llega a los $ 4.200, el de matambre a $ 3.600, la tapa de asado, $ 3.600, la nalga $4.200 , cosa que lejos está de parecer “barato” para los consumidores que cada día hacen malabares para hacer rendir su dinero.