ROSITA: LA POTRANCA QUE TOMA MATE

Mientras era chiquita, Rosita aprendió a hacer pozos como los perros, comía adentro de la casa, y miraba dibujitos en la tele .

ROSITA:  LA POTRANCA QUE TOMA MATE
Rosita, junto a Martita "su mamá".

La relación de  la potranca Rosita con su mamá Martita es tan profunda que  llevó al animal a vivir cuando era pequeña dentro de la casa, mirar la Tv y tomar mate junto a Martita.
Todo empezó el 13 de octubre de 2019, cuando la mamá de Rosita murió durante el parto. El marido y la hija de Martita la encontraron cuando estaban yendo a cerrar el molino, y descubrieron que “la estaba protegiendo otra yegua” del campo.
“No dejaba que se le acerquen mucho y ellos me llamaron a mí, porque los animales me conocen un poquito más. Ahí la tuve que agarrar, y la sacamos adelante. Un veterinario me guió durante todo su crecimiento, y eso fue clave”, relató Martita Castro en diálogo con la prensa.
Martita recuerda que “durante sus tres primeros días de vida le tuve que dar 200 centímetros cúbicos de calostro cada dos horas, prácticamente no dormía así que decidí agrandar “la cama de fardos” que le hice en el galpón, me llevé una almohadita y durante 20 días  dormí allí”
“Yo soy la mamá, es como si hubiera tenido otra hija porque me dediqué exclusivamente a ella. Investigué mucho para criarla y terminé convirtiéndome en técnica en producción equina”, aseguró Martita  Castro que es escritora.
Mientras era chiquita, Rosita aprendió a hacer pozos como los perros, comía adentro de la casa, tomaba mate “porque le gustaba el olor a yerba”, miraba dibujitos en la tele y fue la mejor amiga de Frida, una gatita del campo.
Martita siempre quiso ser maestra especial y jardinera, pero al instalarse en el campo, su vida profesional tomó otro rumbo. Fue el amor de Rosita lo que la hizo escribir cuentos infantiles sobre el animal y el campo, y así nació el libro “Rosita, memorias de una potranca”.
“Mi sueño era publicar un libro, y ahora en los jardines y en las escuelas se lo está leyendo porque habla de los vínculos sin diferencias con otras especies, y eso enseña mucho sobre no discriminar”, por lo que ahora sueña  con que se haga una película de la historia de Rosita, y desea llegar a todo el país con sus cuentos. “De Rosita aprendí a sobrevivir, a ser feliz en el día a día, y a que no hay edad para cumplir sueños”.