MÁS DUDAS QUE CERTEZAS SOBRE LA MUERTE DE UN SOLDADO EN EL REGIMIENTO DE ZAPALA.

Las preguntas sobre el extraño caso se multiplican con el correr de los días. La familia niega de plano la hipotesis oficial que habla de un suicidio. Pablo Córdoba apareció muerto en su puesto de guardia de dos disparos en la cabeza.

MÁS DUDAS QUE CERTEZAS SOBRE LA MUERTE DE UN SOLDADO EN EL REGIMIENTO DE ZAPALA.
Las marchas en pedido de justicia se suceden en la ciudad.

 

 

A más de un mes de la al menos dudosa muerte del soldado Pablo Córdoba en el  Grupo de artillería 16 de Zapala, Neuquén, son más las dudas que certezas que existen sobre el caso. Como se recordará el joven de 21 años  fue encontrado muerto en su puesto de guardia de dos tiros  -presuntamente de su fusil FAL-  en la cabeza y la hipótesis oficial es que fue un “suicidio”. Hasta el momento los reclamos de los padres del soldado cayeron en saco roto, motivo por el cual no dudan en cargar fuerte contra el juez que lleva la causa a quien acusan de favorecer al Ejército en su investigación. Las marchas en reclamo de justicia se suceden en Zapala.
Tras dos semanas de secreto de sumario el juez Federal Hugo Greca levantó el mismo  y desde el juzgado se emitió  un comunicado  dando cuenta de las acciones que se llevan adelante para esclarecer el caso, cosa que no conformó ni a propio ni a extraños.
Sucede que aparecen nuevos elementos que llaman poderosamente la atención, por caso que se halla una pericia balística sobre el fusil FAL de la víctima no hay huellas digitales para cotejar, siendo que una una sargento enfermera asegura que ella lo tomó con las manos para retirarla del cuerpo de Pablo, mientras que otro soldado  dice que el FAL estaba a 80 centímetros de distancia.
Así las cosas las dudas crecen con el correr de las horas.
Hay soldado que afirman que alrededor de las 6 de la mañana del día de la muerte de Córdoba escucharon al menos dos disparos. Así fue cuando comenzaron las averiguaciones en el lugar respecto a qué estaba sucediendo y se tuvo noticias que “Fausto 406” no contesta (era el nombre asignado al puesto del  soldado Córdoba).
Cuando lo encontraron, herido de gravedad, lo asistió una enfermera militar mientras se convocaba a una ambulancia del Hospital civil de Zapala, adonde lo trasladaron. Allí el médico de guardia Marcos D´Ángelo observó que tenía dos heridas de arma de fuego en distintos sectores del cráneo, alejados entre sí.

A más de un mes del suceso nadie de la familia cree en la hipótesis oficial del suicidio, no porque sea prácticamente imposible que alguien se dispare dos tiros de un fusil FAL en la cabeza , sino porque las dudas son más que las certezas respecto a lo que ocurrió ese día.

El fantasma del caso Carrasco (otro soldado muerto en el mismo regimiento y que derivó en la anulación del servicio militar obligatorio, sobrevuela la zona.

Las dudas

• Según el primer testigo que llegó al lugar donde estaba Pablo Córdoba, el FAL se encontraba a un costado del cuerpo, en forma perpendicular. Se menciona entre 90 centímetros y un metro de distancia.

• Otros testigos que llegaron después dicen que el arma estaba sobre el pecho del soldado, en forma vertical.

• Un experto en armas de la Policía Federal declaró que el fusil tenía el selector de fuego en la posición «R» (repetición). En ese estado dispara una sola bala por cada vez que se acciona el gatillo, a diferencia de «automático» o «ráfaga».

• Pablo recibió dos impactos de bala en el cráneo.

• Uno le ingresó por debajo del mentón, con una trayectoria de abajo hacia arriba, ligeramente hacia la izquierda y hacia atrás, y salió por la frente. El otro le ingresó por la sien derecha y salió por la izquierda, con una trayectoria hacia arriba, izquierda y hacia atrás.

• Fueron disparos a quemarropa, tan cerca estaba el caño del fusil que dejó una marca de ahumamiento en la piel.

• La autopsia no revela el calibre de los proyectiles, sólo indica el lugar de ingreso, de salida y la trayectoria.

• Tampoco determina cuál de los dos disparos se produjo primero. Las contradicciones sobre la posición en la que se encontró el arma no ayudan a despejar la incógnita.

• No especifica si después de recibir el primero de los disparos, cualquiera haya sido, Pablo quedó en condiciones de efectuar movimientos ni de qué naturaleza.

• No informa el resultado del hisopado en las manos, para conocer si disparó un arma de fuego.

• Al ingresar al servicio de guardia, el soldado voluntario recibió 5 cargadores con 20 proyectiles cada uno.  Cuatro de ellos fueron encontrados con su carga completa.

• El fusil no tenía colocado ningún cargador, la corredera estaba cerrada y no tenía ningún proyectil en la recámara.

• El quinto cargador estaba suelto junto al arma y contenía 15 proyectiles.

• No hay informes de que se hayan hallado los plomos que dieron muerte a Pablo.

Info.  G.Berto.- D.Negro.