SIGUE TRABADA LA SEGMETANCIÓN TARIFARIA DEL GAS

La segmentación tarifaria y quita de subsidios en el servicio de gas sigue sin ponerse en marcha debido a una fuerte controversia interna en el equipo energético que comanda la massista Flavia Royón.

SIGUE TRABADA LA SEGMETANCIÓN TARIFARIA DEL GAS
La segmentación tarifaria del gas no avanza.

 

A diferencia de lo que sucede en el servicio de energía  donde el Gobierno logró avanzar con las reglamentaciones y la aprobación de los nuevos cuadros tarifarios que rigen desde el 1º de septiembre-, las distribuidoras privadas y cooperativas gasíferas del interior siguen aguardando que la subsecretaría de Planeamiento Energético y el Enargas les entreguen los dos paquetes de datos pendientes para poder implementar los aumentos diferenciados y la poda parcial de subsidios.

Hasta ahora, lo único que ha sido oficializado para el servicio de gas son las tarifas con las quitas de subsidios bimestrales que se deberían aplicar a los hogares de mayores de mayores ingresos entre septiembre y enero de 2023.

Lo que aún está veremos son las resoluciones del ente regulador que establecen los límites de consumo para los sectores medios y bajos que seguirán siendo subsidiados y la remisión de los padrones que determinan en cuál de las tres nuevas categorías socioeconómicas han quedado encuadrados los usuarios residenciales.

El modelo de segmentación tarifaria inicial, aprobado a mediados de julio por medio del decreto 332, estableció tres grupos de hogares, según sus condiciones socioeconómicas.

El nivel 1 agrupa a quienes poseen mayor poder adquisitivo y que no recibirán más subsidios. El nivel 2 lo integran aquellos usuarios que reciben el beneficio de la tarifa social y tienen ingresos inferiores a una "canasta básica total". Y el nivel 3 engloba a la clientela de clase media. Junto con ese encasillamiento tarifario, el ex ministro de Economía, Martín Guzmán también había dispuesto que, para seguir manteniendo los subsidios, quienes se encontraran en los niveles 2 y 3 tenían que pasar a empadronarse en el nuevo Registro de Acceso a los Subsidios de Energía (RASE).

A ese esquema originario, Royón le agregó a principios de agosto, con el argumento del "ahorro energético", una nueva variante: los "topes de consumos", que se aplicarán a la mayoría de los hogares encuadrados en los niveles 2 y 3.

En el caso del servicio eléctrico, se fijó un límite de consumo de 400 kWh mensuales que seguirá siendo subsidiado. Superado ese tope, cada kWh excedente se factura con la tarifa plena sin ningún tipo de descuento. En el caso de las provincias del NOA y NEA, ese tope se eleva a 550 kWh mensuales.

Para el servicio de gas, los límites para mantener los subsidios -que habían sido delineados por Federico Bernal antes de saltar a su nuevo cargo de Subsecretario de Hidrocarburos- no son uniformes y varían de acuerdo con las "subzonas tarifarias, la época del año y las distintas categorías en que se dividen los usuarios según sus niveles de consumo".

Por ejemplo, en el caso de Metrogas, los cupos iniciales de consumos bonificados para los clientes residenciales R1 de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires serían de 175 metros cúbicos/anuales; para los R2, 403 m3 y para los R3, 631 m3 anuales.  En tanto, para los usuarios hogareños de Mendoza, los límites para esas tres categorías llegarían a 315, 666 y 1.051 m3 por año respectivamente.

La falta de confirmación oficial de los distintos topes de consumo implica que las distribuidoras gasíferas sigan emitiendo las facturas con los cuadros tarifarios vigentes desde junio a todos los clientes residenciales por igual y sin ninguna quita de subsidios.