POR CADENA NACIONAL MILEI RATIFICARÁ EL AJUSTE
El objetivo oficial será dar argumentos en contra de los economistas críticos, que sostienen que el superávit no será sostenible por mucho tiempo
El "timing" de la cadena televisada del presidente Javier Milei es bastante sintomático: justo en las vísperas de la marcha de repudio contra el recorte del presupuesto universitario. Lo cual implica todo un mensaje político: la determinación a mantener el superávit fiscal, sea cual sea el contexto político y financiero.
Es cierto que la publicación del dato fiscal de marzo ya estaba marcado en el calendario de la Secretaría de Hacienda. Pero también es cierto que el gobierno ha usado esa información estadística con criterio político.
Por ejemplo, cuando en febrero se cayó el proyecto de Ley Bases en el Congreso, el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, había salido a aclarar que eso no alteraría su plan fiscal, porque él ya había previsto la situación y contaba con alternativas de ingreso para la caja estatal.
Luego, la situación se repitió en marzo: Caputo se adelantó cinco días a la publicación del dato oficial, y desde su cuenta de la ex Twitter comunicó que se había conseguido por segundo mes consecutivo un superávit, tanto a nivel primario como financiero -es decir, considerando el pago de intereses de la deuda-. En aquel momento, el objetivo del ministro era contrarrestar el golpe político que significó para el gobierno el voto del Senado en contra del DNU.
En ambos casos, el mensaje tácito era el mismo: no importa qué tan dura sea la oposición y las trabas al programa de reformas, el objetivo del equilibrio fiscal no será sacrificado en aras de la gobernabilidad ni del pragmatismo político.
Y esta vez, la tónica es la misma: se mantiene la fecha originalmente prevista del anuncio, pero se recurre a una modalidad inusual para comunicarlo. El resultado de las cuentas fiscales de un mes es, en Argentina y en cualquier país, un hecho rutinario, que se da a conocer mediante comunicados de prensa y que rara vez implica la aparición pública de un funcionario. El hecho de que el mismísimo presidente recurra a una cadena nacional para confirmar que las cuentas fiscales dieron superávit supone que, en las entrelíneas de los números, hay un mensaje político.
Superávit
El objetivo primero de Milei es dar los argumentos en contra de los economistas críticos, que sostienen que el superávit no será sostenible por mucho tiempo. Esa visión se ha difundido ampliamente, no sólo entre los economistas "keynesianos" ni entre los que apoyaron al peronismo, sino entre los que se definen como liberales y que alguna vez fueron parte de su equipo de asesores.
Un ejemplo de esos críticos es Carlos Rodríguez, el ex rector de la Ucema y ex viceministro de Economía, que sostiene que la economía se encamina a una depresión, sino que siquiera quede el consuelo de una mejora fiscal. "El plan de ajuste es simplemente no pagar. En estos primeros mees hay reducción del gasto en todas las áreas. No se les transfiere plata a las provincias. ¿La seguridad y los sueldos? No se le da plata a nadie. ¿Obra pública? Se suspenden todos los pagos", dijo el ex asesor de Milei en una entrevista.
Esa ha sido la tónica de las críticas en los últimos días: el argumento central es que la reversión del déficit al superávit no fue el fruto de cambios estructurales sino de una licuación inflacionaria insostenible, ni desde el punto de vista financiero ni social. Así, el rubro de mayor ajuste fue el gasto jubilatorio -por lejos, el de más peso en el presupuesto-, que ha tenido caídas reales mayores al 30% desde diciembre hasta marzo. Pero el cambio de fórmula de indexación de haberes -que entra en vigencia con los pagos de abril ya no permitirá esa erosión. De hecho, en los primeros meses habrá una recuperación real de las jubilaciones, por el desfasaje entre la inflación actual y la de que se toma en cuenta para indexar la jubilación que es la de dos meses atrás.
Por: F.G - I.P