MÁS DUDAS QUE CERTEZAS
El anuncio oficial es un plan de estabilización o sólo un duro ajuste más?
Luis Caputo tomó las principales medidas que el mercado aguardaba: aplicó una fuerte devaluación -que llevó el dólar oficial a $800 (una suba del 118% respecto de lo que existió hasta ahora)- y anunció un plan de ajuste fiscal que debería ayudarlo a reducir el desequilibrio de las cuentas públicas. Ese dólar de $800 tendrá un mini ajuste del 2% mensual desde hoy mismo.
En simultáneo, el ministro anunció que permanecerá el impuesto PAIS tanto para el cálculo de las importaciones como para los gastos con tarjetas de crédito. Al mismo tiempo, dijo que le pondrá una alícuota de retenciones a las exportaciones no agrícolas, que hasta ahora estaban exentas.
La devaluación estuvo en torno a lo esperado por el mercado; y fue un poco más elevada a la estimada por el equipo económico antes de la asunción ya que en los últimos diez días se notó una fuerte aceleración de los precios. Un dólar más bajo -de $600, por ejemplo- hubiese sido percibido como bajo.
No obstante eso, en el mercado ya empezaron a sacar cuentas de si hará falta una nueva devaluación y ajuste, más temprano que tarde.
Sin una definición clara de cómo seguirá la dinámica del todo los gastos del Estado que están indexados (deuda pública, sistema previsional y los planes sociales), no faltarán voces que apunten a que los anuncios de ayer se quedarán cortos dentro de algunas semanas o en un par de meses.
A qué apuesta Caputo
Una cosa está clara: los anuncios provocarán un sacudón adicional de la inflación. La consultora Eco Go ya estimaba un IPC del 28% antes de la devaluación. En ese rango se situará, creen en el equipo económico.
La apuesta del Gobierno es que este plan sea una especie de puente hasta la próxima cosecha. Ayudará la previsible reducción de la brecha cambiaria, al menos en un principio. Después dependerá de lo que vaya haciendo Caputo y el Banco Central con la cotización del dólar oficial.
La pregunta del mercado, en cambio, es si el paquete anunciado es el tan mentado "plan de estabilización" , que debería ayudar a reducir la inflación y dar previsibilidad a la economía, luego del shock inflacionario del comienzo.
La respuesta a esa cuestión es que, hasta lo conocido ahora, no alcanza para darle el rango de plan estabilizador.
Todavía se desconoce el modelo pensado por Caputo para las Leliqs y los pases, algo que podría empezar a desentrañarse esta misma mañana, en el encuentro que Santiago Bausili, flamante titular del BCRA, tenga con los banqueros en Reconquista 266.
Ajuste de Milei: ¿y la pata política?
Tampoco se sabe si el Gobierno va a encarar rondas de conversaciones con sindicatos y gobernadores, en la búsqueda de necesarios acuerdos políticos. Semejante shock inflacionario, con explosivas subas de los precios de los alimentos, requerirá de acuerdos mínimos con empresarios y gremialistas para evitar un shock social.
Si el ajuste es percibido como un ajuste más dentro de la extensa saga de remiendos en la política económica de los últimos años, entonces no habrá grandes chances de arribar a acuerdos con los principales afectados.
¿Por qué los gremialistas y los gobernadores respaldarían estas iniciativas si en marzo habrá una nueva devaluación que signifique un barajar y dar de nuevo?
La percepción de una devaluación en escalas no ayudará a mejorar el clima social. Al contrario, las presiones se harán insostenibles.
Por eso es muy significativo lo que el Gobierno transmita en las próximas horas. Está por demás claro que tanto empresarios como gremialistas -la ciudadanía en general- querrá ver para qué sirve semejante ajuste en los ingresos, que en los hechos ya están dañando a la mayoría.
Javier Milei acaba de volver a demostrar que no está atado a dogmas inflexibles. Mantuvo (e incluso elevó las retenciones) a pesar de estar totalmente en contra de esas medidas.