EN LA "CITY" SACAN CUENTAS PENSANDO EN EL NOVIEMBRE

Mientras todos esperan un nuevo ballotage, los gurúes analizan el impacto dE las elecciones en el mercado cambiario. El dólar blue saltó 45% desde la previa a las PASO.

EN LA "CITY"  SACAN CUENTAS PENSANDO EN EL NOVIEMBRE
Todos creen que habrá una nueva devaluación.

Mientras gana consenso entre las encuestadoras la perspectiva de que la Argentina se encamina a un nuevo balotaje para elegir presidente, en el mercado hacen números intentando  imaginar el "diario del lunes" siguiente a los comicios y brindar sus perspectivas a los clientes, en general  grandes compañías, fondos de inversión y, por supuesto, ejecutivos de bancos curtidos en mil batallas.
Esos consejos trabajan sobre distintos escenarios, pero coinciden en algunos puntos claves. Por ejemplo, afirman que la presión sobre el mercado cambiario irá in crescendo a medida que se acerquen los comicios del 22 de octubre, a pesar del "dólar Vaca Muerta" que acaba de lanzar el candidato-ministro  Sergio Massa, con el cual espera obtener unos u$s1.200 millones de liquidaciones extras por exportaciones. Incluso, también pese a la ampliación del "dólar soja", que no cubrió las expectativas y debió ser extendido hasta el 20 de octubre. Sobre todo, es notoria la evolución alcista que viene mostrando el contado con liqui, la modalidad utilizada para dolarizarse -y fugar divisas- por parte de los grandes jugadores del mercado cambiario y bursátil: El 11 de agosto, antes de las PASO, el dólar CCL se pactaba a $570. El viernes  último cerró a $826. Subió casi 45% en un mes y medio. El dólar blue estaba $607. Ahora alcanzó un preocupante récord de $800. Aumentó 31,7%, razón por la cual no se entiende por qué Massa le pide a la gente que no compre dólares, cuando lo que se busca es reducir el riesgo electoral posicionándose en una moneda dura, a la espera de lo que vendrá, que se sabe será más duro que lo vivido hasta ahora. La incertidumbre política agrava el ya de por sí complicado contexto macroeconómico.

 "Plan Platita"

El desenfrenado vuelco de plata por parte de Massa, que hipoteca el futuro, pero en el debate habló de equilibrio fiscal,   busca aliviar el hecho de que el 40% de la gente no puede cubrir la canasta básica, y que casi el  10 por ciento de la población viva en la indigencia, es decir, pasa hambre en determinados momentos del mes, con datos del primer semestre antes de la devaluación aprobada por el gobierno. "Si no fuera por los planes sociales, la pobreza superaría el 50%", graficó al sitio  iProfesional Jorge Colina, director de IDESA. En esas aguas turbulentas navega la política, y en ese mar embravecido Massa busca sacar alguna "ventaja" que le permita llegar a la segunda vuelta.
En el comando de campaña de Unión por la Patria aseguran que semana a semana, la intención de voto al ministro de Economía va en aumento, de la mano de los anuncios del Plan Platita. Afirman que el candidato logra retener la totalidad de los votos de Juan Grabois de primera vuelta – dirigente que dijo que ni en pedo votaría al ministro y ahora llama a votar por él-  y ya se ubica en un 28% de intención de voto. Y especulan con que el plan de devolución del IVA, sumado a las sumas fijas, la eliminación de Ganancias y las mejoras para jubilados, comenzaran a rendir fruto electoral en las próximas semanas, para llegar justo a tiempo antes de los comicios del 22 de octubre.
Sin embargo esa  algarabía se empieza a esfumar cuando se habla con quienes siguen a diario los números duros de la economía. Los consultores advierten que la emisión monetaria escondida en estas medidas hará que la demanda de dólares también se vaya incrementando a medida que se acerquen las presidenciales. Todo condimentado con un Banco Central casi quebrado, cuya deuda, sólo en Leliqs, supera los 20 billones de pesos, y una inflación que corroe todo el andamiaje económico-financiero.
Para la Fundación Capital, la inflación acumularía un incremento del 157% en 2023. Pero en un paper reservado para clientes VIP, recomienda no descartar un escenario más negativo, donde la inflación mensual se sostiene en los dos dígitos y el año concluiría con una nominalidad del 180% interanual. La entidad presidida por Martín Redrado coincide con el resto de sus colegas en que tras el cambio de gobierno habrá un ajuste del tipo de cambio oficial, cuya "magnitud y el traspaso a precios será bien distinto dependiendo del cóctel de medidas que se implementen".
El panorama para Ecolatina no difiere demasiado: la inflación cerraría 2023 en la zona del 170%, dice esa consultora. Y confirma las sospechas de una "mayor dolarización de carteras ante la incertidumbre electoral". "La mejora del tipo de cambio real proveniente de la devaluación post-PASO se agotaría hacia finales de octubre, regenerando las expectativas devaluatorias, lo cual podría ejercer presión sobre la oferta neta de divisas en el Mercado Único y Libre de Cambios", advierte, sumando interrogantes a la pretensión de Massa de no volver a devaluar hasta después de una eventual segunda vuelta, en la que está seguro de poder entrar. El reporte de Ecolatina avanza aún más y alerta que "estas dinámicas generarían combustible para una nueva aceleración de los precios en las últimas semanas del año", un clásico en la Argentina.
Para el economista Salvador Di Stéfano, la apuesta del mercado es que no habrá un claro ganador en las elecciones de octubre. "El dólar futuro de la posición octubre vale $399,50. Es bajo si se lo compara con el valor actual de $350. Si el mercado descontara un ganador en octubre, esta posición debería valer más de $ 450".
Es decir, cien pesos más de lo que promete Massa. Con precisión quirúrgica, Di Stéfano indica que "el dólar futuro a noviembre vale $479. Para diciembre cotiza en $615 y en enero en $698. La mayor suba en términos porcentuales se da entre diciembre y noviembre con una brecha del 28,4%". "Gane quien gane, hay ajuste del tipo de cambio. Lo dice el mercado", dispara cual francotirador. E incluso arriesga un poco más: anticipa un dólar mayorista de $637 en diciembre, "lo que llevaría los dólares paralelos a $1.337, manteniendo la brecha en torno al 100%, con una inflación estimada para el año en 193%".
Para el economista Salvador Vitelli   la inflación cerrará el año en un 173%. Pero esa perspectiva corre el riesgo de acelerarse ante una "devaluación exacerbada que podamos llegar a tener, y su consecuente pass trough (traslado a precios)". Vitelli espera un dólar oficial de $545 a fin de año, "probablemente con una brecha que lleve al dólar paralelo a los $1.020, pero esto depende de las medidas a tomar por parte del gobierno entrante". De cumplirse, el año cerraría con un salto del blue del 189%.
Ante semejante panorama, en la City comienzan a imaginar que el próximo gobierno será "de transición". Dicen que los cuatro años apenas alcanzarán para tratar de enderezar un barco que con el actual rumbo va directo a estrellarse contra las rocas

.Info: J.C - I.P - redacción