EL DATO QUE PREOCUPA AL GOBIERNO
Este jueves el Indec publicará el dato de indigencia y pobreza correspondiente al primer semestre del año. Los especialistas afirman que si bien se descuenta un agravamiento en los índices; la canasta alimentaria se encareció menos que el salario. Será así?.
La difusión del indicador semestral de pobreza, el primero que corresponde íntegramente al período de gestión de Javier Milei, será un duro golpe para el gobierno ya que como se prevé experimentará un crecimiento dado que registrará la situación social que coincidió con el momento de mayor inflación y de retracción de la actividad económica vinculado al arranque del plan económico y las secuelas de la gestión de Sergio Massa, ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández y CFK.
Tan delicada es la situación que en los últimos días el gobierno reforzó, en su comunicación, las referencias al cuidado de la situación social. Así el presidente Milei dijo que gracias al aumento en las partidas destinadas a la Asignación Universal por Hijo y otros programas asistenciales, ahora está cubierta el 99% de la canasta básica, mientras en el anterior gobierno sólo se llegaba al 60%.
A su vez el ministro de economía, Luis Caputo, destacó en medio del ajuste, el rubro de la asistencia social no sólo no sufrió recortes sino que creció un 21% en términos reales. Además Caputo no se privó de recordar que esa mejora se había producido "sin intermediarios", dado el cambio de política que privilegia los programas donde se produce una acreditación monetaria directa al beneficiario sin la participación de las organizaciones sociales.
De todas maneras, el impacto político será inevitable.
Algunos memoriosos indican que “esto viene ocurriendo desde hace tiempo; por ejemplo hace un año, en plena campaña electoral, Sergio Massa vio como se publicaba que 40,1% de los argentinos eran pobres y el 9,3% de indigentes, es decir que la mitad del país era pobre o indigente ; algo que tiraba al piso el discurso de inclusión social que se levantó siempre como bandera por no hablar de la movilidad social ascendente que al parecer fue solo para gremialistas y amigos del poder”.
Tan es así que para mitigar el golpe en aquel momento, se prepararon una serie de medidas tendientes a atenuar el impacto de la noticia, y por eso se anunciaron un bono para los trabajadores informales, un refuerzo en los planes asistenciales y una suba del salario mínimo, cosa que no cambió la realidad, por lo que para muchos nada nuevo brilla bajo el sol.
Un año después, Milei todavía cuenta a su favor con el argumento de estar sufriendo la herencia de la gestión anterior. Pero, naturalmente, la oposición tomará el dato como un aliciente para reforzar su estrategia de crítica al ajuste económico. Está fresco el recuerdo del veto presidencial a la reforma jubilatoria.
Desempleo
El informe de la Universidad Di Tella marca para el primer semestre de este año una pobreza del 50,5% de la población, lo que implica 23 millones de personas que no pueden pagar la canasta básica de bienes y servicios que mide el Indec. El único consuelo de esa medición es que el segundo trimestre del año registró una mejora importante respecto del primero: había arrancado el año con un 52,6% y luego bajó a 48,5%. Cifra aún más que alarmante.
El último dato de empleo, correspondiente al segundo trimestre, marcó un 7,6% de desocupación, aunque el gobierno argumenta que el dato puede estar "inflado por el hecho de que hay más gente que salió a buscar empleo” (estrategia heredada del Kirchnerismo, sector especialista en intentar modificar la realidad merced a un relato que no soporta el menor análisis cuando se lo contrasta con datos reales). Si hay más gente que salió a buscar trabajo, puede ser a su vez porque hay más gente que perdió el mismo. Sin embargo algunas consultoras indican que “cuando se mide el porcentaje de la población que trabaja -44,8% en la encuesta del Indec-, se notó una tendencia a la recuperación”. Es raro.
Anhelo
La esperanza para el gobierno es que en la nueva medición, a pesar de que se verifique un incremento de la pobreza, no ocurra lo mismo en el dato de indigencia, es decir, lo opuesto a lo que ocurrió en las últimas mediciones del gobierno anterior, sin mencionar claro está los datos que surgían cuando Guillermo Moreno comandaba el Indec o cuando Axel Kicillof era ministro y prefería no saber cuántos pobres había en el país para no estigmatizarlos (sic)”, afirman fuentes oficiales.
La canasta de indigencia es aproximadamente un 45% de la canasta básica -la que marca la línea de pobreza-, que además incluye servicios como la vivienda. Mientras la canasta de indigencia es de $421.474 para un hogar de dos adultos y dos niños, la canasta de pobreza está cotizada en $939.887.
Así las cuentas que hacen economistas indica que “como el salario mínimo de agosto fue de $262.432, un hogar con dos ingresos mínimos estaría un 24% encima de la línea de indigencia, aunque todavía estaría un 44% debajo de la línea de pobreza”.
Los especialistas afirman que “Pese a todo ese marco negativo del primer semestre, hay sin embargo algunas señales de mejora: la canasta alimentaria tuvo un abaratamiento relativo frente a la inflación”. “Así, mientras el IPC acumulado del primer semestre fue del 79,8%, la canasta alimentaria solamente se encareció un 63%. La canasta básica, en cambio, con un 76%, estuvo más en línea con la suba general de precios” aseguran al analizar los números con frialdad.
Cuando se compara la evolución de las canastas de pobreza e indigencia frente al salario, también se nota una leve recuperación. Para el sector informal, que es donde se ubica la mayor parte de los pobres, hubo una mejora de 69,8% en el ingreso en el primer semestre del año, de acuerdo con la estadística del Indec. Cosa que en principio no se ve si se tiene en cuenta lo que sucede en buena parte del país, en especial zonas como el conurbano bonaerense, o las zonas más castigadas del norte argentino, por caso Chaco, Formosa o Tucumán.
En el gobierno las esperanzas están puestas en que la indigencia no arroje un número superior al 11,9% del semestre pasado, lo que les permitiría argumentar que se “está notando el proceso de desinflación, combinado con una recuperación de la actividad general” cosa que según aseguran “sería lo contrario de lo que ocurrió en el final del gobierno de UxP , cuando la indigencia avanzaba a mayor velocidad que la pobreza, de forma tal que en el segundo semestre de 2023 la pobreza saltó de 40,1% a 40,7%, mientras la indigencia pasó del 9,3% al 11,9%.
Dicho en buen romance, en LLA saben que los números serán tomados por la oposición para recrudecer las críticas sobre el ajuste olvidando como es habitual lo actuado cuando estaban al frente del gobierno. Ante esto oficialmente se buscará contrarrestar esta avanzada contrastando datos verídicos más allá del discurso de barricada.
Mientras todo esto pasa las encuestas sobre la gestión y la imagen presidencial llueven y aportan datos tan contrastantes como consultoras las lleven adelante o, como dijo alguna vez un viejo conocedores de estas lides “todo depende de quién las encarga y las paga”.