AUMENTO DE TARIFAS NO MEJORA SITUACIÓN A DISTRIBUIDORAS DE LUZ

Las empresas afirman afirman que sólo les quedan con $22 de cada $100 que pagan los clientes.

AUMENTO DE TARIFAS NO MEJORA SITUACIÓN A DISTRIBUIDORAS DE LUZ
Solo $22 de cada $100 queda en las empresas.

 Si bien la puesta en marcha del tarifazo repercutirá fuerte en las facturas de la mayoría de los usuarios de luz y gas, el escenario no cambiará de igual forma para las distribuidoras de ambos servicios públicos, en donde no se esperan cambios positivos para sus ecuaciones económicas que puedan ser generados por la segmentación de los precios y la reducción de los subsidios.

Por el contrario, las perspectivas entre las empresas es que el cambio delineado por el Gobierno no genere nuevos ingresos que permitan mejorar la situación financiera que vienen atravesando como consecuencia del prolongado  congelamiento de tarifas; el efecto de la inflación sobre sus costos y el impacto que la evolución del dólar ha tenido en sus operaciones.

Ocurre que, las medidas oficiales no plantearon cambios a los costos propios de distribución o Valor Agregado de Distribución (VAD) que, desde hace más de una década, se mantienen constantes en términos reales.

Técnicamente, el VAD incluye los costos de desarrollo e inversión en las redes, de operación y mantenimiento y de comercialización y lo decide cada jurisdicción a través de las autoridades eléctricas provinciales o municipales, salvo en el AMBA donde es potestad del Estado Nacional.

Ese componente de la factura es el que las distribuidoras de electricidad reclaman al Gobierno que se retoque para poder cambiar sus ecuaciones financieras afectadas por balances negativos que se acumulan año tras año, salvo algunos períodos de rentabilidad.

Por caso, Edesur acaba de elaborar un informe para mostrar que sólo se queda con el 22% de lo que percibe por cada factura de luz. Es decir, que recibe $22 por cada 100 que cobra de sus clientes.

Se trata de la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina ya que ofrece sus servicios a cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas. Su área de concesión es de 3.300 km2 y abarca la zona sur de Capital Federal y 12 partidos de la provincia de Buenos Aires.

Según el documento de la empresa, el resto de lo que pagan los usuarios corresponde al costo de la generación y trasmisión de la energía, además de impuestos, por lo cual informa que la quita de subsidios ayuda al Estado a ordenar sus cuentas, pero que esos ingresos no van a parar a la caja de la distribuidora.

Ocurre que del total que pagan los clientes por el uso de la electricidad, un 22% queda en la compañía, mientras que un 78% va a terceros, 27% son impuestos y el 51% restante corresponde al costo de la generación y transmisión de la energía, que hoy es subsidiado en un 60% por el Estado Nacional.