LOS SECTORES MEDIOS ALTOS TAMBIÉN SUFREN “ESTRÉS ECONÓMICO”
El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA elaboró un informe sobre el "estrés económico" en el país. El estudio fue titulado: "Estrés económico: cambios y continuidades en la evolución histórica (2010-2024) y período reciente (2022-2024)",
Según explicaron desde el ODSA, las medidas de pobreza oficiales miden, históricamente, en forma limitada las privaciones de los hogares. Si bien los estudios basados en umbrales monetarios son importantes, no terminan de reflejar de manera completa las privaciones de los hogares. Hay un efecto de "distorsión" entre la capacidad de un hogar de consumir los bienes que establece una canasta y efectivamente poder conseguirlos. Lo mismo sucede con la medición de las necesidades de cada hogar.
En este sentido, desde el Observatorio, se proponen "poner en juego, en debate, como medimos la pobreza económica". "¿Por qué no considerar también las expectativas?" se pregunta su director, Agustín Salvia. Así es que el ODSA propone medir el "estrés económico", entendiéndolo como la autopercepción, por parte del referente de hogar, de que los ingreses no alcanzaron para cubrir los consumos habituales y sostener esos patrones de consumo, como así también la idea de que fue imposible ahorrar. En pocas palabras: "no está alcanzando".
En esta medida, hay un factor objetivo que es la imposibilidad de ahorrar, pero otro subjetivo que es parte del "no nos alcanzó". Según comparaciones con mediciones tradicionales, la tendencia creciente de la pobreza desde 2010 también va acompañada de un aumento de esta autopercepción de estrés económico. Aunque hay una correlación entre estos datos, el estrés económico responde también a factores contextuales, estructurales y de expectativas, que pueden arrojar aún más luz sobre lo que viven en el día a día todos los sectores de la sociedad.
El estrés económico
No es novedad que los sectores más pobres tienen a declarar cada vez en mayor medida que no les alcanza. Sin embargo, un hallazgo del estudio revela que, incluso entre los sectores no pobres, comienza a sumarse más gente al sentimiento de estrés económico. En los sectores medios altos, el porcentaje de hogares que registraron estrés económico, desde 2022 a 2024, pasó del 10,5% al 15,2%, volviendo a acercarse a valores del 2018. Los hogares de sectores medios bajos pasaron de un 31,5% a un 35,7%, mientras que los hogares de sectores bajos sufrieron el peor impacto: de un 50,4% se pasó a un 61,5%, una diferencia mayor a diez puntos porcentuales.
Según destaca el estudio, la percepción de estrés económico está fuertemente vinculada, no al ingreso monetario, sino a la presencia de carencias no monetarias. El mayor impacto lo tiene el acceso a los servicios de salud y la inseguridad alimentaria, como así también al trabajo. El porcentaje de hogares sin carencias no monetarias que registró estrés económico en el último año es del 22,8%, mientras que, entre los hogares con solo una carencia de este tipo, el número ya se eleva al 60,7%.
Info: M.Z - redacción