SERIAS DIFICULTADES PARA AFRONTAR EL BONO DE FIN DE AÑO

Los gremios reclaman una pronta definición.

SERIAS DIFICULTADES PARA AFRONTAR EL BONO DE FIN DE AÑO
Sergio Massa, ministro de Economía

    

Los gordos de la CGT están que trinan. Por un lado el gobierno no termina de definir el tan mentado “bono de fin de año” y por otro aún no les envió los fondos prometidos para cubrir el déficit de las obras sociales, muchas de ellas al borde del abismo.
La promesa  forma parte de otros acuerdos que el gobierno de Alberto Fernández le hizo al sector de la CGT que hasta ahora por conveniencia y  no sin ciertas dudas,  apoyaba la gestión presidencial, haciendo de para avalancha de los reclamos de aquellos que a veces –también por conveniencia- se muestran más combativos respecto de las políticas oficiales.
Respecto al bono de fin de año, el ministro Sergio Massa hace malabares como artista delante de un semáforo, esperando que alguna mano bondadosa le alcance alguna moneda luego de sus proezas. Sucede que en Economía no tienen la menor idea de cuándo y cómo hacer frente a este pedido, razón por la cual ni lerdo ni perezoso, le tiran la pelota a la ministra de Trabajo Kelly Olmos, que por estas horas está más que preocupada con el mundial. Entre partido y fixtures, Olmos, trata de ganar tiempo asegurando que "estamos trabajando sobre el bono de fin de año para el sector activo encuadrado en paritarias".
En tanto en la CGT las cosas arden ya que son conocidas las diferencias entre  Héctor Daer y Carlos Acuña, quienes privilegian las paritarias,  con Pablo “el salvaje”  Moyano, quien reitera que "se debe dar una suma fija a todos los trabajadores".
El gobierno sabe que diciembre es un mes “socialmente caliente” y que una vez que termine el mundial sea cual fuere el resultado, las cosas se complicarán si no encuentran una rápida salida a estos reclamos, razón por la cual las reuniones entre propios y extraños se llevan a cabo a cada hora.
En cuanto a las obras sociales, el gobierno había acordado varios desembolsos y medidas que permitirían cierto alivio económico a las mismas, sin embargo hata ahora poco y nada se llevó adelante, es decir, el sindicalismo compró una nueva venta de humo oficial, que ahora los asfixia y pone en serio riesgo ya que se habla de miles de millones de pesos en juego.
Así las cosas las próxima semanas serán decisivas para delinear el clima que se vivirá en las últimas semanas del año ya sea por el reclamo sindical o por las protestas piqueteras  que lejos de aplacarse continúan gestándose bajo el paraguas mundialista.