CUANDO TODO CAMBIA PARA NO CAMBIAR
El peronismo atraviesa un proceso de tensiones internas entre sus diferentes tribus las que al parecer no se ponen de acuerdo en cuál es el camino para dar respuesta a las nuevas demandas sociales que ya no aceptan recetas originadas hace más de medio siglo de la mano del General Perón.
Así es como el Pj viene a los tirones desde hace años, tratando a fuerza de cambio de nombres encontrar su lugar, pasando del Fente de Todos al actual Fuerza Patria, (cuestión que denota especial afición respecto del término Patria, cosa que a muchos les hace recordar el refrán que reza: “Dime de qué alardeas y te diré que te falta).
En las elecciones presidenciales de 2023, el peronismo, bajo la coalición Unión por la Patria llegó a la segunda vuelta de la mano del entonces “superministro de Economía”, Sergio Massa, quien fue derrotado por Milei, con el 55% de los votos frente al 44% del candidato peronista, cosa que marcó un punto de inflexión en el seno del Pj en búsqueda de una nueva salida, a punto tal que se proclamó la necesidad de “nuevas canciones”, las que por el momento se parecen mucho a las viejas que se entonaban en las épocas “del General”.
Este año bajo el nombre Fuerza Patria el Pj intenta un nuevo llamado a la unidad que le permita reinvertarse, pero al parecer la unión en cuestión es más que superficial ya que la desconfianza entre los distintos sectores que la integran está a la orden del día, cosa que genera una serie de escaramuzas, las cuales muchos afirman nada tienen que ver con cuestiones ideológicas, sino que muy por el contrario, están vinculadas luchas por el poder y cuestiones de ego.
De esta forma es posible ver a Máximo Kirchner sorprenderse por la falta de entrega de sus compañeros quienes según dijo: “están desesperados por un cargo o poroteando”, pero el mismo , mediante el tan desgastado recurso del “operativo clamor” quiere ser candidato.
Por otra parte está el inefable Juan Grabois, que patalea cual adolescente en la secundaria para que no le dejen afuera criticando a Massa sin piedad al que luego después milita o la joven Ofelia Fernández quien dice que vota al partido pero no lo milita, salvo que “la convenzan”, para lo cual quizá alguien deba ofrecerle una candidatura, verdad?
En la provincia de Buenos Aires, la cosa se complica más aún porque las internas entre el hijísimo y su agrupación La Cámpora con las huestes del gobernador Axel Kicillof son moneda corriente.
El mandamás provincial no deja de ofrecer “más y mejores derechos” para los bonaerenses, pero a la vista está que no puede siquiera cumplir con los existentes, por caso seguridad, salud o educación.
Como era de esperar y siguiendo los preceptos del capítulo primero del manual Kirchenista, el gobernador y su equipo jamás reconocerá falla alguna y cargará las culpas de lo que sea en terceros, mientras la sociedad reclama medidas urgentes para tener una vida segura y “ no morir como salvajes a destiempo” , como dijo el extinto periodista Guillermo Cano.
Como si esto fuera poco, la líder del partido quien cumple una condena a 6 años de prision, por defraudar al Estado, quedó obviamente inhabilitada para ejercer cargos públicos de por vida, pero no para seguir tratando de influir en las decisiones partidarias, más allá que al parecer sus palabras tienen cada vez menos peso, en especial en el interior del país donde los gobernadores velan a diario por sus intereses y no por los de la jefa presa, de quien prefieren mantenerse lo más alejados posible.
Este panorama genera un campo fértil para que los integrantes de LLA intenten sembrar a diario las semillas que den lugar al crecimiento de dicho partido en cada rincón del país, llegando incluso a disputar territorios netamente peronistas.
Así las cosas la necesidad de una renovación del Pj surge como una cuestión en la que todos están de acuerdo pero en virtud de las acciones que llevan adelante al parecer : Todo cambia para no cambiar.
D.R - N.A