“TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS…”
Los denominados “gordos” de la CGT decidieron apoyar la candidatura de Sergio Massa organizando un acto antes que termine el mes. Allí, el candidato explicaría las políticas para recuperar los ingresos de los trabajadores que pondrá en marcha en caso de ser presidente, cosa que nadie entiende porque no lo hizo en el año que lleva como ministro de Economía.
Si bien Massa siempre estuvo en la mira de los sindicalistas, en especial en aquellos que acomodan sus reclamos según el gobierno de turno, los altos niveles de inflación y la zigzagueante performance del ministro hizo que algunos pusieran en principio algún reparo, cosa que se diluyó una vez que Massa fue confirmado como candidato de Unión por la Patria.
Quienes comen asado con “los gordos” afirman que ahora llega el tiempo de recomponer relaciones entre alguno de los gremialistas de renombre que quedaron dolidos tras la conformación de listas y el actual ministro, cosa que la mayoría da por hecho habida cuenta de las ansias de poder de Massa y la rapidez a la hora de cambiar de posición de más de un sindicalistas vernáculo con tal de mejorar su perfomance personal, por caso Hugo Moyano cuyo paso por el sciolismo duró menos que un suspiro o Luis Barrionuevo que se la jugó por Wado de Pedro, cosa que hizo que ambos dirigentes gramiales quedarán en "off side".
Quienes los conocen aseguran que “café de por medio estas cosas se arreglan enseguida y así como dice la marcha “todos unidos triunfaremos”.
Lo que no saben aún cómo hacer los capitostes de la CGT que ahora siguen al ministro de Economía para no perder sus privilegios, es cómo explicarle a las bases que sus referentes sindicales apoyan a un integrante del gobierno que pulverizó sus ingresos, que es además quien dirige el ministerio más sensible del país y que en un año casi al frente de dicha cartera no logró detener el aumento de los precios llegando a lo que se espera será una inflación cercana al 140 por ciento anual, o más.
Claro está que estas cosas no son las que más importa a “los gordos”, siempre prestos a organizar un acto a favor o en contra del gobierno de turno si es que este de una forma u otra perjudica o alienta sus intereses. Un ejemplo de esto es que ante un país donde más del 50 por ciento de su población es pobre o indigente, donde personas con trabajo registrado son pobres, los líderes sindicales no levantaron nunca su voz de protesta, cosa que habla a las claras de la rara firmeza de convicciones de quienes en algunos casos hace décadas dicen representar los intereses de los trabajadores, pero que a todas luces solo se interesan por los propios.
D.R