PREOCUPA EROSIÓN DE LA COSTA ATLÁNTICA BONAERENSE

Dunas que se achican, intervenciones urbanas que empeoran la situación, sudestadas; el combo se multiplica año tras año.

PREOCUPA EROSIÓN DE LA COSTA ATLÁNTICA BONAERENSE
El fenómeno ocurres desde el Partido de la costa hasta Miramar.

La erosión se come cada año un metro de acantilado o médano en los 1200 kilómetros de extensión entre San Clemente del Tuyú y Miramar, advierte Federico Isla, investigador superior del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. (IIMyC).
"En algunos lugares, los médanos han retrocedido de uno a dos metros por año, como en Villa Gesell y Pinamar, donde habían metido avenidas costaneras y balnearios que nunca debieron haberse construido",  dijo el profesional.
En el Partido de la Costa y Mar Chiquita se pierden hasta 7 metros por año, por lo que se derrumbaron casas construidas hace 50 años.
Mar Chiquita es el territorio más perjudicado. Se calcula que ya perdió casi seis metros de playa en los últimos años. Esto, según el experto, se debe a que es donde empieza la costa blanda, la plataforma es angosta y las olas llegan con más virulencia.
La erosión costera tiene varios factores intervinientes. Por un lado, está el climático: la recurrencia y magnitud de las tormentas extratropicales provenientes del sudeste que forman olas que rompen en la costa, además del aumento antropogénico del nivel del mar.
“Hay una erosión generalizada en el norte de General Pueyrredón y sur de Mar Chiquita, pero también en la costa de Villa Gesell y Pinamar y ya está pasando que hay localidades del Partido de La Costa, como Mar del Tuyú, Santa Teresita y Las Toninas, que se están quedando sin playa”, agrega Islaa.
Dunas que se achican, intervenciones urbanas que empeoran la situación, sudestadas; el combo se multiplica y los investigadores alertan, pero la política municipal sigue privilegiando concesiones que en dos décadas quizás ya estén tapadas por el agua. El cambio climático se lleva gran parte de protagonismo. El calentamiento de los océanos conlleva la expansión térmica de sus aguas.
Este escenario, sumado al deshielo de los glaciares y la fusión de los mantos de hielo, acelera la subida del nivel del mar.
En los registros de todo el mundo, se puede observar un aumento antropogénico de la marea desde 1993. Por ello no sorprende -pero sí preocupa- la reciente noticia del desprendimiento del témpano más grande del mundo en la Antártida, que navega por estos días a la deriva por el Océano Atlántico Sur.
“Lo que prevé el Panel de Cambio Climático (IPCC) es que el nivel del mar se va a incrementar. La incógnita es cuánto va a aumentar para el 2100. Muchos municipios ya tienen problemas por esto y se espera que las sudestadas del Atlántico Sur sean cada vez más intensas y recurrentes”, alerta el investigador del CONICET.

 

Info: N.A