DE INCERTIDUMBRES, APUROS, PRÓRROGAS Y CHICANAS…
En tan solo cuarenta días de tratamiento oficial y en menos de tres horas de discusión parlamentaria, se aprobó ayer el pliego de licitación de las Unidades Turísticas Fiscales (UTF) más conocidos como balnearios, bares y confiterías de la zona costera, cuestión que influirá por los próximos veinte años en la vida econíca del distrito.
Además se dio vía libre para que a través de dicho pliego se le pida a los futuros concesionarios un aporte solidario de $ 60 millones para la reforma del frente costero (en principio eran $ 100 millones pero debido a ciertas quejas se bajó un 40%), sin explicitar a pie juntillas qué obras se harán y cuales se quitaron para lograr tamaña reducción.
Aportes sin carpeta, pero con historia
Una de las cosas que llamó la atención de propios y extraños es el pedido de los $ 60 millones antes mencionados sin que –según afirmaron los ediles de la oposición- exista una carpeta técnica , ni estudios al respecto que avalen dicho pedido, más allá que oficialmente se indique que primero hay que tener el pliego aprobado y luego la carpeta en cuestión, cosa extraña si las hay, ya que en dicho pliego se solicita el aporte arriba mencionado, que se destinará a una obra que quienes siguen el tema de cerca aseguran “solo se mostraron en un videíto y una lista de almacenero”.
A esto se suma que algunos concesionarios memoriosos recuerdan que en la anterior licitación ocurrida hace más de 20 años, también se pidió dicho aporte para realizar una serie de obras que en muchos casos nunca llegaron.
Incertidumbre
Un tema que estuvo sobre el tapete en forma recurrente durante la sesión fue el de la necesidad de terminar con la incertidumbre que la demora en la elaboración de los pliegos generaba en los concesionarios y en muchos trabajadores, cosa absolutamente cierta y entendible.
Esta incertidumbre fue provocada por la tardanza del Ejecutivo a cargo del intendente Sebastián Ianantuony (UxP) en elaborar dicho pliego y el posterior apuro para su análisis y aprobación.
Si los técnicos de la comuna hubieran hecho su trabajo en tiempo y forma, más aún sabiendo de antemano el momento exacto en que vencían dichas concesiones, este problema no hubiera existido.
Todo hay que decirlo.
Desde diciembre del 2023 momento en que asumió su segundo mandato, Ianantuony sabía que el 21 de abril del 2025 vencía la concesión más importante para las arcas municipales y la vida económica de la ciudad, sin embargo su administración no pudo cumplir con los plazos estipulados provocando luego un apremio que derivó en un pliego que generó una agria polémica que dejó más dudas que certezas.
Sabido es que la política está para moderar las tensiones de la sociedad no para acrecentarlas, pero aquí ocurrió justamente lo contrario.
Así las cosas, en la sesión se plantearon posturas tan diferentes que dejaron en evidencia que un tema de semejante envergadura merecía al menos un estudio más profundo y la participación de muchos más actores de los que fueron convocados, los que a decir verdad fueron pocos.
Qué hubiera cambiado para los actuales concesionarios si se prorrogaba el plazo de concesión por un tiempo más y se elaboraba un pliego teniendo en cuenta la opinión de todos los actores involucrados en el tema, a través, por caso, de una convocatoria a asamblea púlblica, la cual aún sin ser vinculante permite a todos los interesados, sean empresarios, comerciantes, trabajadores o simple vecinos preocupados por el devenir de su pueblo, exponer sus dudas al respecto y a los funcionarios de turno despejar las mismas con documentos en mano; si es que pueden hacerlo.
Por esta razón, se podría decir también que la incertidumbre en cuestión se solucionaba entonces con una medida similar a la que el propio Ejecutivo propuso para que los concesionarios cuiden sus lugares ante la falta de timing oficial a la hora de elaborar los pliego, pero al parecer las prórrogas son valederas según quién las proponga.
De haber hecho esto, de haber convocado a toda la sociedad a participar a voluntad, quizá y solo quizá el pliego hubiera sido aprobado por todos los bloques que integran el Concejo Deliberante cerrando así la puerta a cualquier requerimiento posterior, cosa que hoy parece estar a la orden del día, más aún cuando para el llamado a licitación y la apertura de sobres faltan varios meses que son tan largos como las noche de los tiempos.
Para Guinness
La sesión dejó expuesto una vez más el divorcio que existe en el seno de la oposición; más precisamente entre la Ucr y el resto de los bloques opositores; compuesto por LLA, Juntos por Alvarado y el Pro.
Sin lugar a dudas el hecho que da cuenta que un Ejecutivo municipal -cualquiera sea su color político- consiga llevar adelante sus proyectos más sensibles teniendo minoría en el Deliberante; más aún cuando esta situación se da no por pericia del Ejecutivo en cuestión, sino por las profundas diferencias que registran los integrantes de una oposición que en parte llegó al recinto unida bajo un mismo lema, merece figurar en el libro Guinnees.
Chicanas
Un punto que no se puede dejar de mencionar son las chicanas que los ediles cruzaron a lo largo de de la sesión que nada suman al debate pero que son propias de la política argentina en todos los niveles.
Para quienes no están acostumbrado a este tipo de expresiones puede parecer extraño que quienes son sus representantes nada más, ni nada menos que en la Legislatura municipal destinen parte de su tiempo a cuestiones que lejos están de mejorar el debate y mucho menos aportar calidad al mismo, dejando al descubierto que hay cuestiones que al parecer duelen más de lo imaginado, a punto tal, que son mencionados en cada sesión cuando el debate se torna acalorado dando así la bienvenida una vez más, a la muerte de la Era de la razón.