AVANZA LA PRIVATIZACIÓN DE TECNÓPOLIS
La concesión del ícono kirchnerista en un negocio privado rentable es un cambio fiscal y cultural para la administración Milei.
El Gobierno prepara un nuevo gesto hacia su agenda de reducción estatal. Se trata de la apertura de una licitación para concesionar Tecnópolis, el enorme predio de Villa Martelli creado en 2011 como emblema cultural del kirchnerismo.
La propuesta, que otorgará a un operador privado el uso y explotación de más de 500.000 metros cuadrados durante 25 años, encaja con la estrategia económica de Javier Milei, externalizar costos, clausurar déficits crónicos y trasladar a inversores privados la gestión de activos públicos problemáticos.
La operación será conducida por la Agencia de Administración de Bienes del Estado, responsable del terreno. Desde la Casa Rosada se presenta la decisión como una corrección largamente demorada. Tecnópolis, argue el gobierno, acumulaba deudas superiores a $4.800 millones, equipamiento faltante con denuncia judicial en trámite y un deterioro que obligaba a inversiones constantes. La reducción del 30% de su plantilla en el último año es un indicador de la voluntad oficial de desarmar, paso a paso, el andamiaje que sostenía el predio bajo administraciones anteriores.
El Ejecutivo asegura que el giro hacia un esquema público-privado ya generó ingresos relevantes, $600 millones en 2024 y más de $2.400 millones proyectados para este año, y que la concesión permitirá estabilizar las cuentas sin abandonar la función cultural del lugar. El nuevo concesionario estará obligado a mantener actividades educativas, recreativas y comunitarias, y deberá hacerse cargo de un canon mensual inicial de $611 millones, además de un seguro contra incendios de $60.000 millones. Las exigencias financieras sugieren que el Gobierno busca evitar que el predio vuelva a depender del Tesoro.
La medida fue celebrada por la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, donde se ubica el predio, y se inscribe en un debate más amplio sobre la reconfiguración del Estado argentino. Tecnópolis, concebido como proyecto político y herramienta cultural, fue durante años objeto de controversias sobre costos, utilidad y orientación ideológica. Su concesión pretende transformar ese activo simbólico en una unidad económica autosustentable, un objetivo que difícilmente dejará satisfechos a sus críticos ni a sus defensores.
Si el plan prospera, el sector privado asumirá el control del predio el 1° de julio de 2026 y deberá respetar los compromisos programáticos vigentes hasta entonces.